domingo, 28 de septiembre de 2014
Capítulo 43- 'Ya sabes el dicho, quién te quiere te busca'.
Tras mis últimas palabras, entré en la casa y subí a mi habitación.
Minutos después alguien tocó a la puerta.
-¿Se puede? - dijo una voz.
- Seas quién seas vete. - dije.
- No soy nadie, así que entro. - dijo Brenda.
- ¿Cómo estás? - preguntó.
- Creo que mi reacción lo ha dicho todo.
- Lo has hecho muy bien Valeria, sabes que yo he sido partidaria desde el primer día, de que le contases todo a Jake, o al menos que le callases la boca a Andrea, y creo que no existe mejor manera de callarle, que la tuya. - dijo entre risas.
- Pues me parece que eres a la única que le parece bien lo que he hecho.
- ¿Por qué dices eso?
- Eres la única que ha subido a verme, los demás estarán abajo criticándome como siempre.
- Estabas en todo tu derecho Valeria, igual no ha sido la mejor forma, también te lo digo, pero yo entiendo tu postura llevas sometida a una presión increíble muchos meses, lo raro es que hayas tanto en explotar.
- Ya sabes, Jake, su felicidad, pero al final me he dado cuenta que en esta vida la única felicidad por la que tengo que preocuparme es la mía, porque si no me preocupo yo, nadie lo va a hacer.
- Y además que lo digas pequeña, anda ven. - me abrazó.
- ¿Cómo está Christian? - pregunté.
- Jodido Valeria, no voy a mentirte, pero en mi opinión no tiene motivos para estarlo, porque eso que has hecho ahí abajo, ha sido de valientes, porque no todo el mundo es capaz de decirle eso a la persona de su vida.
- Necesito hablar con él, Brenda..
- No lo busques, espera a que venga.
- ¿Y si no viene, qué?
- Ya sabes el dicho, quién te quiere te busca, y si no, que se lo digan a Jake. - dijo riendo.
- Qué cabrona llegas a ser a veces. - reí.
- Algo malo tenía que tener, ¿no? - volvió a reír.
- Te quiero mucho. - la abracé. - gracias por todo.
- Las gracias te las reservas para los desconocidos, a mi con verte sonreír me sobra. - me abrazó. - ahora lo que tienes que hacer es descansar, así que buenas noches.
- Buenas noches Brenda. -le dije.
Cerró la puerta y de nuevo volvía a quedarme sola, ahogada en mi inmenso mundo de pensamientos.
Es irónico como después de todas las cosas que me han pasado, aún siga sorprendiéndome cuando me vuelve a pasar otra, mi abuela tenia razón con aquello de 'los problemas nunca vienen solos'.
Era cierto, pero ¿cuántas veces nos aconsejan cosas y hacemos caso omiso de ello?
La noche se iba alargando, y con ella mi cabeza en vela, las mil vueltas que no paraba de dar en la cama, decidí levantarme y sentarme en la ventana, a contemplar las luciérnagas, el movimiento del agua de la piscina, simplemente a hacer cualquier cosa que no fuese pensar en los problemas que tenía. Aunque, poco duro eso, porque mirando a través de la ventana, vi a Christian sentado en una de las tumbonas de la piscina, con las manos en la cabeza, y una montaña de pañuelos a su alrededor.
¿Qué hagó? pensé.
No dudé un segundo en bajar la escaleras corriendo a pesar de las horas que eran, y darle un abrazo por detrás, a pesar de todo.
- Te quiero. - le dije.
- ¿Qué haces a estas horas despierta?
- Pues lo mismo que tú, solo que yo en lugar de aquí, en mi habitación, tu te lo has montado mejor eh.
- Tampoco te creas, ¿querías algo?
- Recordarte que te quiero.
- Gracias, supongo.
- Respecto a lo que te enteraste en el parque acuático, sigo manteniendo que para mi no significó nada..
- No es lo que has demostrado esta noche.
- No entiendo qué tiene que ver lo de esta noche, con el beso.
- No sé a qué ha venido ese número Valeria.
- No quería que te volvieses a pensar algo que no era de nuevo.
- ¿Y para eso era necesario soltar todo lo que has dicho?
- A lo mejor en ese momento no, pero es lo que me ha salido en ese momento.
- Necesito tiempo para pensar.
- ¿Para pensar el qué?
- Si quiero seguir con esto o no.
'Valeria piensa bien lo que le contestas, creo que es una prueba para ver el nivel de madurez y comprobar si vuelves a actuar mal'.
- Lo entiendo, tómate el tiempo que necesites Chris, estaré esperándote el tiempo que haga falta.
- Te lo agradezco, y ahora buenas noches, creo que es hora de que me vaya a descansar un poco, y tu deberías hacer lo mismo.
Ambos abandonamos el jardín, aunque cada uno por su camino.
La verdad es que me iba contenta a la cama, conozco a Chris y todo esto es una prueba porque quiere que le demuestre que realmente le quiero, así que se lo iba a demostrar.
______________________ Una semana después ______________________
Era viernes por la tarde, todos excepto Chris, habíamos salido a dar una vuelta por el centro comercial, nos dividimos en dos, chicos por una parte, chicas por otro, el que antes llegase a casa tenía premio, se me olvidaba decir que habíamos venido en dos coches, para poder realizar la 'competición'.
Así que nosotras, nos fuimos a ver tiendas, probarnos mil cosas.
Brenda y Caitlin se habían comprado unas botas chulísimas, en cambio yo no me las pude comprar porque mi dinero, era para comprarle algo a Chris.
- Nosotras ya estamos listas, solo quedas tú por comprarte algo, ¿qué vas a comprarte? - preguntó Brenda.
- Quiero ir a la Game Shop.
- ¿Para? - volvió a preguntar.
- La semana que viene sale el 'Fifa 15', pero si ibas esta semana y pagabas 20 euros más, te lo podías comprar.
- ¿Desde cuando eres una obsesa de los video juegos? - dijo Caitlin.
- No es para mi boba, es para tu hermano, que estaba deseando que lo sacasen.
- Pero, ¿habéis vuelto? - preguntó.
- No, pero me apetece tener un detalle con él.
- Si le regalas eso, te chupa un pie si hace falta. - dijo Caitlin.
- Anda vamos a por él rápido, que los chicos deben llevar como 3 horas ya en casa. - dije.
Compramos el juego y fuimos a casa. Para nuestra sorpresa, el coche de los chicos no estaba, eso quería decir que habíamos llegado primeras.
- Chicas, traedme un post-it, que le voy a poner una notita.
Me estuvieron ayudando en que poner, al final nos decidimos por un '¿te hace una partidita conmigo?'
Quizás era algo simple, pero era una pequeña excusa con intenciones de pasar una tarde juntos, que finalmente acabaría en una reconciliación.
- Buena suerte fea. - dijeron a la vez.
Respiré hondo y subí, al subir oía voces en la habitación de Christian.
Al llegar arriba Christian estaba en la puerta, sujetándola, estaba raro, algo pasaba.
- Hola bicho. - dije.
- Hola, ¿querías algo? - dijo.
- Venía a traerte una cosa, pero necesito que la abras en tu habitación.
- ¿En mi habitación, para qué?
- Porque hay algo necesario para tu regalo en tu habitación.
- Pues lo abro, que tengo que ducharme.
- Paso y te espero sentada.
- Espérame a bajo mejor.
- ¡Qué más da! Ni que fuese la primera vez que te veo desnudo.
- En serio lo abro abajo.
- Christian ¿qué está pasando?
- Nada, ¿por qué tendría que estar pasando algo?
- Estás raro, y parece que no quieras que entre a la habitación.
- Son paranoias tuyas Valeria, ahora bajo en serio.
- Christian que está pasando..
- Nada, te lo vuelvo a decir.
- Déjame entrar.
- No.
- ¿Por qué'
- Por que no, es mi habitación.
- Christian déjame entrar, si no pasa nada, déjame entrar.
- Que no tio.
Me dio igual lo que me dijo, le empujé y abrí la puerta.
No podía creer lo que estaba viendo, la chica del parque de atracciones estaba metida en la cama, en el suelo estaba toda su ropa, su pelo estaba despeinado, y su cara al verme fue un poema.
La bolsa con el juego a dentro se me calló al suelo, al igual que las lágrimas caían por mi cara.
- Valeria yo.. - no le dejé acabar, ya que le pegué un guantazo.
- ¿Para esto necesitabas el tiempo no?
- Yo.. - volví a darle otra.
- Eres un cerdo.
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