Mi vida resumida en una palabra ; Kidrauhl.

Un Martes 1 de Marzo de 1994 a las 12:56:08, en el hospital St. Josep's London en Ontario, Canadá piso número 2 habitación 126, llegó al mundo por el doctor Simon Bexlaham un un chico arropado en una manta blanca con un peso de 3.48kg, al cuál a día de hoy, yo y más de 37 millones de personas llaman ídolo. 
Hablo de Kidrauhl, de ese pequeño canadiense que cantaba en las escaleras del teatro Avon para poder ayudar a su madre en casa, de ese chico que a pesar de lo mal que lo pasaba día tras día por el bulling en el colegio aún tenía fuerzas para sonreír. Hablo del que quedó 2º en Stradtford Idol, y el que con el dinero que consiguió le pagó sus primeras vacaciones a él y a su madre. Sí, te estoy hablando del mismo que gracias a su voz, hoy llena estadios por todo el mundo. Te estoy hablando del chico que en 2010 agotó las entradas del Madison Square Garden en 22 minutos y el que en 2012 las agotó en 33 segundos. Sí, te estoy hablando de mi pequeño, de mis ganas de seguir sonriendo, del que me da fuerzas, del que me ha enseñado a creer, el que me ha enseñado a luchar y a pelear por lo que quiero, el que consigue hacerme sonreír cuando nadie puede hacerlo, con su música, si te estoy hablando de Kidrauhl, más conocido como Justin Bieber.
Ese chico que tú llamas 'mierda', es lo mejor que existe, y sí, ven ahora y dime que no lo conozco, que él no hace nada por mí para que lo quiera tanto. ¿Sabes? Existe, y con eso me basta.
Me hace feliz cada vez que sonríe, cada vez que le oigo decir 'my beliebers', esa sensación que me entra cada vez que le oigo decir eso te aseguro que no lo cambio por nada, ni las lágrimas que se me saltan cada vez que veo como cada día sorprende a beliebers por todo el mundo, como disfruta haciendo lo que le gusta, escucharle cantar es una de las cosas más perfectas que conozco, llevo a su lado desde el 29 de noviembre de 2009, y ni tú ni nadie va a hacerme que deje de apoyarle.