lunes, 29 de diciembre de 2014
Capítulo 47 - 'Donde una pisa una leona, no deja huella una gatita.'
- No estoy intentado nada, y bueno ya que nos estamos sincerando, me gustaría disculparme ya no solo por lo de hoy, si no por todo lo que tuviste que aguantar con Andrea aquí, yo no sabía que tu estabas pasándolo tan mal.
- Eso es pasado, no tienes que pedirme perdón por nada.
- Si que tengo que pedirte perdón, hiciste el esfuerzo de venir aquí para estar con todos, aguantando todo.
- Jake, he dicho que es pasado, y punto no más que hablar del tema, en serio.
- ¿De verdad?
- Sí, además mira de que le sirvió venir a Andrea. - reí.
- ¿De qué le sirvió?
- Le sirvió para irse, y darse cuenta que donde una pisa una leona, no deja huella una gatita.
Jake me miró confundido, no sabía a que venía el comentario ese.
- En el fondo me alegro de que fuese. - dijo.
- ¿Por qué? Según tú, estabas muy enamorado de ella.
- Tu lo has dicho, estaba, venir aquí me hizo ver como era realmente, y bendita noche la que te besé.
Me quedé callada por un momento, no sé sabía a que quería referirse con eso de 'bendita noche la que te besé', tardé unos minutos en asimilar tal frase, hasta que solo pude decir esto:
- ¿Cómo que bendita noche la que me besaste?
- Sí, haber no malinterpretemos las cosas, besarme contigo hizo que Andrea se fuese, si no llega a ser por ese beso, probablemente ella seguiría aquí.
- Ah si es por eso, aleluya por el beso, porque mira que me caía mal Andrea.
- Nunca entendí por qué la verdad.
- A veces pienso que eres tonto. - dije.
- ¿Por qué?
- Nada déjalo. - miré el reloj, marcaba las 4:34 am - Y vete de una vez de aquí anda, que ya es tarde y tengo sueño.
- Veo esta habitación muy vacía..como que le falta algo..
- Yo la veo bien.
- Más bien le falta alguien.
- Tú no eres, así que pírate ya cansino.
- ¿De verdad que no quieres que me quede? - dijo con voz de interesante.
- Largo si no quieres dormir en el jardín después de que te haya tirado por la ventana.
- Bueno había que intentarlo. - dijo. - Buenas noches idiota.
- Cierra la puerta cuando salgas. - dije.
Jake se marchó de la habitación, a pesar de que se había hecho tarde, yo no tenía sueño, ni siquiera sé porque había echado a Jake de la habitación, estaba muy cómoda con él, quizás es por eso por lo que lo eché, hacía tanto tiempo que no estábamos así de bien que tenía miedo a que esa comodidad y tranquilidad que después de mucho tiempo al fin había vuelto a nosotros, fuese más allá de lo que era.
'Valeria, deja de comerte la cabeza como haces siempre y disfruta' me dije a mí misma. Dicho eso, apagué la luz y me dormí.
Al día siguiente los gritos de los chicos desde el salón me despertaron, no dudé ni un segundo en bajar a ver qué pasaba.
- ¡Se puede saber qué hacéis gritando a las..! - miré el reloj, marcaba las 13:53, me callé.
- Shhhh Valeria. - dijo Ryan. - Estamos ocupados.
Miré la tele pensando que estaban jugando al fifa, pero no, estaban viendo un partido de volley-ball femenino, por lo que esos gritos provenían de su enorme desesperación por no poder tener una chica así.
- Hugo no sé que haces viendo eso, teniendo a tu novia haciendo topless en el jardín. - dije.
Todos abrieron los ojos como platos y se levantaron corriendo hacia la ventana que daba al jardín.
- Era coña, pero he aquí lo babosos que podéis llegar a ser, de nada chicos. - dije riendo, mientras salía al jardín a tomar el sol con Brenda.
- ¿Qué miraban tan emocionados por la ventana?
- Les he dicho que estabas haciendo topless.
- ¡Tía! - me pegó en el hombro.
- Solo quería reírme un poco, que me han despertado con sus chillidos de desesperación al ver a los culos de las chicas de volley-ball, como si no hubiesen visto un culo nunca.
- Son tíos, ¿qué te puedes esperar de ellos?
- También es verdad.
- Por cierto, ¿qué hacía anoche Jake hasta las tantas en tu habitación?
- Deja de poner esa cara de emoción, porque no es lo que estás pensando.
- Ya claro, me vas a decir que estuvo casi dos horas en tu habitación hablando.
- Brenda parece mentira que seas tú la que me esté diciendo esto..
- Ui es que es verdad tía.
- Hace a penas días que Christian se ha ido, ¿de verdad piensas que me importa mucho ahora Jake?
- Jake nunca ha dejado de importarte.
- Ya lo sé, pero mis sentimientos hacia él han cambiado.
- Tu dirás lo que quieras, pero a mi no me engañas, pero bueno a qué fue.
- A pedirme perdón por haberme visto ayer desnuda, y también a pedirmelo por todo lo mal que me lo había hecho pasar cuando Andrea estaba aquí, que no era su intención.
- Parece que ha madurado un poco.
- La verdad es que agradezco que viniese, no me preguntes por qué, pero me gustó.
- Haber cuánto os dura la simpatía esta mutua.
- Espero que al menos dure lo poco que nos queda aquí. - dije. - por cierto, ¿aprovechamos que están entretenidos para hacer topless en serio?
- ¿Estás loca? Estos pueden salir en cualquier momento.
- En la vida hay que arriesgarse. - le guiñé el ojo.
- Serás la culpable si nos ven.. - dijo algo insegura.
Ambas nos desabrochamos el bikini, y lo dejamos en el suelo, justo al lado de la hamaca. Pasamos largas horas tomando el sol, hasta que terminó el partido y los chicos salieron como locos a darse un baño en la piscina, según ellos para 'rebajar' los calores que dicho partido les había provocado, fijaros si tenían ganas de pegarse el baño, que ninguno, se dio cuenta de como estábamos Brenda y yo. Lo que hizo que Brenda y yo nos volviésemos a colocar la parte de arriba del bikini sin ningún problema.
-¿Brenda me puedes echar crema? - pregunté.
- Sí claro. - contestó.
Yo estaba tumbada boca abajo con los ojos cerrados, esperando que Brenda me echase la crema, cuando de repente, empecé a notar como gotas diminutas de agua helada caían sobre mi espalda, algo no encajaba, Brenda no se había mojado, y si ella no se había mojado, ¿quién narices estaba echándome crema? Me di la vuelta, para mi sorpresa, era Jake el que me estaba echando crema.
- Em, ¿y Brenda?
- Hugo le ha hecho señas desde el agua para que fuese, y me han dicho que te la echase yo, pero vamos que si te molesta, no te la echo. - dijo.
- No tranquilo, échame. - contesté.
Jake me untó la crema, tanta que acabé más blanca de lo que soy.
- Ups, me parece que me he pasado un poco con la crema. - dijo riendo.
- Ups me parece que yo me he pasado con el barro. - dije.
- Pero si tu no me has echado nad..- antes de que pudiese acabar la frase le eché barro en toda la cara.
Él no se quedó corto y me la devolvió, lo que inició una guerra de barro, que acabó con ambos embarrizados perdidos, con un grupo de espectadores risueños (Ryan, Chaz, Hugo y Brenda) en la piscina.
- ¿Sabéis que así no vais a entrar en casa no? - dijo Hugo.
- Pero si ha empezado él, que culpa tengo yo. - dije.
- Perdona la que me ha tirado barro has sido tú. - replicó Jake.
- Por que tu me has llenado de crema.
- Ha sido sin querer. - dijo riéndose.
- Vamos Jake, si estás riendo.
- En lugar de estar discutiendo podríais buscar la forma de como limpiaros, porque como he dicho antes, así no entráis a casa. - dijo Hugo mientras se secaba y se metía en casa.
Jake y yo nos habíamos quedados en el jardín, llenos de barro, sin saber manera alguna de entrar a casa sin que Hugo se diese cuenta, para así poder darnos una ducha.
- Estarás contenta, mira lo que has conseguido. - dijo mientras me daba un golpecito en el brazo.
- Yo no soy la que va embadurnando a la gente en crema solar sabes.
- Ya pero has sido tú la que ha empezado a lanzarme barro.
- La verdad es que discutiendo no nos vamos a limpiar mucho, y no sé tú, pero yo quiero entrar a darme una ducha. - dije.
- ¿Y qué hacemos? ¿Nos metemos en la piscina?
- Jake, ¡qué luego nos bañamos en ella pedazo de idiota!
- ¿Acaso se te ocurre algo mejor listilla? - se burló Jake.
- Busquemos una manguera.
- ¿Una manguera, para qué?
- Para hacer una paella, Einstein. - dije vacilándole. - tu qué crees.
- Perdone usted, diosa del olimpo. - volvió a burlarse.
- Em, 5 minutos sin amigos. - reí.
- Deja de intentar ser graciosa y busca la puta manguera anda. - dijo mientras me daba una colleja.
Me piqué por la colleja y salí a correr detrás suya, con tan mala suerte que me resbalé, me caí al suelo, y me hice daño en la rodilla, tanto que a penas podía andar.
- Eres toda una campeona - dijo vacilando - anda voy a buscar yo la manguera. - dijo.
Jake enchufó la manguera y se limpió, después de limpiarse él, me limpió a mí, con mucho cuidado y delicadez, tras eso, me enrolló con una toalla y me llevó en brazos a mi habitación.
- ¿Puedes ducharte tu sola o te ayudo? - dijo.
Mi cara en ese momento era un auténtico poema.
- Largo aquí imbécil.
- Como quieras.
- No espera. - dije.
Jake se emocionó pensando que le iba a pedir ayuda con la ducha.
- Dime.
- Dile a Brenda que venga a ayudarme ella.
Jake se fue de mi habitación y avisó a Brenda para que viniese a ayudarme, y así hizo.
- ¿Qué ropa vas a querer? - me preguntó Brenda.
- Alguna cómoda, creo que no me voy a poder mover en todo el día de la cama.
- No quiero saber que estabais haciendo para que hayas acabado así..
- Capulla.
- Es verdad. - rió.
- Por cierto te odio. - dije.
- ¿A mí? - dijo - por qué.
- Le has dicho a Jake que me echase crema.
- Vamos Valeria, admite que te encantado.
- La verdad es que no. - dije.
- Si pues bien que te revolcabas con él en el barro..
- Tenía que devolvérsela.
- Si si, devolvérsela.. - dijo con cara de pillina. - Bueno ya estás vestida, si necesitas algo ya sabes.
Brenda me dejó sola, cogí el ordenador y mi aburrimiento me llevó a meterme en la carpeta de archivos eliminados, allí estaban todas las fotos con Jake, desde las de pequeño hasta las últimas que nos hicimos, de pronto alguien tocó a la puerta, inmediatamente bajé la tapa del ordenador.
-Servicio de habitaciones, te traigo la comida. - dijo Jake.
- Tu otra vez aquí no por favor.. - dije, aunque en realidad me gustaba su presencia.
- Después de lo que te traigo, agradecerás mi compañía.
- Sorprendeme. - dije.
- Te traigo una pizza de jamón york y queso, con un huevo dejado caer, y de postre una tarta de oreo.
- La comida se queda, tú no, gracias. - dije bromeando.
- Eres tonta. - reprochó.
- Es broma, quédate, no me viene mal compañía.
- ¿Cómo llevas la rodilla?
- Me dan pinchazos, pero supongo que con reposo hoy, se me curará.
- Lo siento..
- No ha sido tu culpa, he sido yo la que me he caído.
- Ya lo sé, pero porque te he dado una colleja.
- Da igual, en el fondo me lo he pasado bien.
- Yo también, ha sido divertido, sobretodo cuando Hugo se ha enfadado y no nos dejaba entrar así. - dijo riendo.
- Es la segunda vez que nos dice eso. - dije riendo.
- ¿La segunda vez?
- Sí. - reí. - hubo una vez, cuando estuvimos en su camping, que tú me llevaste a un sitio, llovió, tuvimos que empujar del coche y nos pusimos perdidos de barro, a parte de que hicimos otra guerra de barro, y al llegar al camping, Hugo nos dijo que así no entrábamos, y nos limpiamos con una manguera y después nos metimos en la piscina de allí, total esa no la limpiábamos nosotros. - volví a reír.
- ¿Te das cuenta de que estamos volviendo a vivir lo pasado? Igual el destino quiere hacerme pasar por lo mismo, pero de distinta manera.
- Aguanta flipado, que solo es casualidad, estas cosas suelen pasar, y más cuando hay un capullo como tú de por medio. - reí.
- ¿Cómo que un imbécil de por medio? - intentó darme en el brazo.
- Eh, que estoy inválida. - dije poniendo cara de pena.
- Anda, un portátil, ¿me lo dejas? - lo cogió antes de que yo le contestase, y se encontró con todo el panorama de las fotos.
- ¿Esos somos tú y yo? - preguntó.
- Sí. - contesté.
- Vaya, ¿nos conocemos desde pequeños? - preguntó.
- Sí, fuiste desde la guardería con Hugo, y siempre estabais juntos, y como no, yo estaba con vosotros.
- ¿No decías que me odiabas? ¿Por qué salimos tan felices en las fotos?
- Cuando eras pequeño me caías genial, de hecho eras mi amor platónico, me pasaba el día con mi primo Hugo solo para verte, porque me cuidabas mucho, ¿ves la foto esa que es un collage? - le pregunté.
- Sí. - contestó.
- Ahí yo tenía 11 años, tu acabas de cumplir los 13, y fue cuando empezaste a convertirte en un estúpido, esas son las últimas fotos que tuvimos juntos, a partea fue la última vez que volvimos a estar juntos hasta que nos juntamos en el camping.
- ¿Tanto asco me cogiste? - preguntó.
- Sí, me caías muy mal.
- Vaya pues parecía que nos llevábamos genial.. ¿y las otras fotos?
- En la que tu vas de blanco, es de la tarde que te he contado antes que acabamos manchados de barro, y la otra, ya es de cuando estábamos juntos.
- Se nos ve muy felices en las fotos.
- Éramos muy felices.
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