Hace tiempo que no miro nuestras fotos mientras pienso en lo bonito que sería volver a esos instantes de los que solo queda el misero recuerdo acompañado de la misma sonrisa que se producía en mi rostro cuando éramos los dos quiénes pasaban horas observándolas, repitiéndose una y otra vez, que iba a ser para siempre.
Mentiría si dijese que todo lo que he dicho anteriormente es verdad.
Desde que te fuiste, siempre he querido decirlo, no sé cuántas van ya, ni cuántas más habrán, hasta que llegue la real.
Hace mucho tiempo que me dijeron que enamorarse era fácil, que lo difícil es el olvido, y qué razón tenían. Han pasado mil trescientos setenta y nueve días, y sigo preguntándome porque sigues en mi cabeza y no te vas de la misma manera que lo hiciste de mi vida.