martes, 10 de octubre de 2017
Hace tiempo que dejé de buscarte.
sábado, 5 de noviembre de 2016
Por eso si te preguntas que fue de mí después de ti, ya lo sabes.
Desde tu partida o quizás la mía me he preguntado qué fue de ti cuando desaparecí de tu vida y debo aclarar, no lo hice por gusto lo hice porque era evidente que ya no me necesitabas.
Fue obvio que conociste personas nuevas, quizás mejores personas que yo o quizás no.
Pero si te preguntas lo mismo de mí, te podría decir que después de ti, no fui nadie, desaparecí e incluso hoy no me encuentro, soy un muerto en vida que vaga por las calles buscándote, que trata de encontrarte en cada rostro que ve.
Pasé por la gran pena de que mis amigas me viesen triste por ti, que me vieran con los ojos hinchados por las mañanas y ni siquiera les sonriese por cortesía.
He tratado muchas veces de salir adelante, de fijarme en otras personas tal como tú lo hiciste, pero hay un problema y es que yo, no soy como tú, de egoísta.
No soy capaz de enamorar a más de uno para no sentirme sola por las noches, para no tratar de pensar en ti y tratar de que no me “duelas”.
Sin embargo, sé que algún día voy levantarme y seguiré adelante.
Me enamoraré de alguien a quién yo de verdad quiera y le daré todo lo que tenía para ti y hasta más.
Pasaré por tu lado y te daré una gran sonrisa que te va doler, de ver mi gran felicidad.
Dicen que cada uno recoge lo que siembra, y quizás sí sea verdad.
Yo cosecharé amor y quizás tu coseches soledad y un corazón roto, así como un día me lo dejaste a mí.
Algo me dice que algún día regresarás y te sentarás a mi lado y hablaremos de todo lo que pasó en la ausencia de cada uno y te darás cuenta que nunca debiste de irte de mi lado.
Es verdad que las cosas pasan por algo, que las personas se van de tu vida o entran por alguna u otra razón. Sin embargo, tu tuviste el poder de quedarte conmigo o de así quererlo.
Pero fuiste egoísta y no te importó irte detrás de otras.
Por eso si te preguntas que fue de mí después de ti, ya lo sabes.
sábado, 29 de octubre de 2016
dónde escondiste nuestra posibilidad de ser eternos.
Y me lo tendrás que contar todo, sin cafés con azúcar que puedan endulzar la situación, ya que esto ha sido un completo desastre.
Tú te lo has buscado, eres el semáforo rojo de mi vida, en el que que me encuentro estancada desde que ya no estás, sin poder avanzar.
domingo, 25 de septiembre de 2016
Te fuiste huyendo.
Ojalá nunca leas esto. Ojalá nunca te sientas como yo me siento.
Te fuiste huyendo como si de repente hubiese descubierto que aquel no era el sitio en el que deberías estar. Desde el mismo momento en que nos encontramos decidimos jugar a ver quién sentía menos de los dos, como quien juega con fuego consciente de las quemaduras resultado de ello.
Nos sentíamos invencibles dentro y fuera de las sábanas de la incertidumbre de aquello a lo que nunca pusimos nombre pero siempre quisimos.
Nos hicimos daño de tanta rabia por no querer querer. Nos jodimos por las ganas de solo jugar con la piel.
Hoy es estoy cansada de soñar contigo y nunca despertar a tu lado, cansada de jugar a ver si hoy siento menos que ayer y no parar de perder. Hoy el marrón de tus ojos, me atormenta si me hablan de esperanza, y las noches acaban pero ya no hay mañanas.
Ojalá no leas esto, pero me duele la garganta de tanto callar.
Ojalá no leas esto porque voy a confesar, que me duele, me duele aún el alma de querer(te).
jueves, 1 de septiembre de 2016
Si quieres ser inmortal, enamora a un escritor..
Y te dibujará en muchos versos, te hará protagonista de sus desvelos, como si el escribirte se le hiciera terapia.
Probablemente te habrá dicho un millón de veces lo que siente por ti pero tú aún no lo habrás leído, porque cuando escribe habla contigo.
Y cuando te vayas, con el corazón roto te seguirá escribiendo.
Y aunque le duelas: mentirá.
Mentirá para convertirte en el héroe (qué quizás no hayas sido), de una obra de arte, sobre ti, que nunca vas a leer.
Y se culpará si calla, así que aunque por dentro se caiga a pedazos hará que su relato avance hasta acabar.
Enamora a un escritor y vivirás para siempre entre líneas.
Y te besará con versos.
Te convertirá en arte.
domingo, 13 de diciembre de 2015
Capítulo 51 - El lugar donde empezó todo.
Una vez más pido perdón por tardar meses en subir capítulo nuevo, pero como he dicho en varias ocasiones, 2º de Bach no me deja respirar además entre otras cosas he estado bastante tiempo sin inspiración de ideas para continuar, pero bueno he aprovechado que se acerca Navidad para hacer un descansito y haceros un pequeño regalito que pronto le seguirán unos cuántos capítulos que tengo pensados. Espero que la espera os merezca la pena, un besito.
- ¡Sorpresa! - gritó Jake.
Me sentí una gran mierda en ese momento, de hecho cualquiera que hubiese estado en mi lugar ese momento se hubiese sentido así. La había vuelto a cagar como tantas veces, y de nuevo con las mismas personas, esas por las que me prometí a misma que jamás iban a volver a derramar una lágrima por mí.
Jake no sabía a que me refería con eso que acababa de decirle y puso su cara de no haberse enterado de nada, por la cuál comencé a reír.
- ¿De qué te ríes ahora? - Jake no entendía nada.
- De que me encanta cuando pones esa cara.
- ¿Qué cara? - la volvió a poner, aunque no apropósito.
- La que estás poniendo ahora, esa de no saber qué narices está pasando, que te hace ser aún más irresistible de lo normal.
- ¿Esta? - hizo el intento de ponerla forzadamente pero no le salía.
Reí de nuevo.
- No sé si te prefiero con cara irresistible o haciendo el intento de serlo.
- ¿Haciendo el intento, me estás diciendo que no soy irresistible siempre? - se hizo el indignado.
- Veo que lo vas pillando... - reí mientras le guiñaba un ojo.
- Pues tú tampoco te pienses que lo eres.
- ¿Para cuando el 'ahora me enfado y no respiro'? - dije para picarle.
- Muy graciosa estás esta noche, ¿no crees?
- Esta noche estoy muchas cosas. - dije con cara de pícara.
Jake abrió los ojos como platos.
- ¿Qué cosas? - me empezó a acariciar la espalda.
- No me busques, que me encuentras...
- Lo siento señorita Valeria, pero me apetece encontrarte. - dijo a escasos centímetros de mi boca.
- Pues lo acabas de hacer. - le besé.
Nuestros labios se fundieron en un beso intenso pero delicado a la vez, las manos de Jake estaban alrededor de mi cintura mientras que las mías estaban en su cuello.
Lo dirigí poco a poco hacia la cama, hasta tumbarlo en ella, mi cuerpo se encontraba sobre el suyo.
Jake seguía con sus manos alrededor de mi cintura a diferencia de las mías que ahora estaban quitándole cuidadosamente la camiseta.
Una vez fuera la camiseta, pedí a Jake que se girase y comencé a acariciarle la espalda con delicadeza, mientras que le susurraba al oído, hasta que me cansé, le pedí de nuevo que se diese la vuelta, con la excusa de acariciarle el pecho y me puse encima de él.
Podía notar como su miembro viril había crecido considerablemente, lo cual me podría una excitación mayor aunque me desconcertaba el hecho de que Jake ni siquiera me hubiera tocado el culo aún.
- ¿Tienes pensado quitarme la camiseta o algo, o te piensas que todo lo voy a hacer yo? - dije vacilándole.
- Perdón, es que estoy nervioso..
- ¿Nervioso? ¿Por qué?
- Porque es mi primera vez.
- Muy buena esa Jake. - empecé a reír.
- Valeria hablo en serio, a ver ya sé que aquí tú y yo tuvimos nuestro momento, pero tras el coma y la amnesia sabes que 'volví' a nacer..
- ¿Y Andrea qué?
- No pasó nada..
- Vamos Jake no me jodas, me tiré una tarde entera preparando la casita del bosque contigo para ese día.
- Lo sé, pero no pude hacerlo.
- ¿Por qué?
- Porque encontré en uno de los cajones del salón fotos nuestras y en ese momento supe que tú y yo no habíamos sido simples amigos, empecé entender tu actitud muchas veces frente a Andrea y me di cuenta de todo lo que llevabas aguantando este tiempo sin que nadie lo supiese. Por un momento fue como que sabía quien eras y lo que significábamos el uno para el otro. Es por eso, por lo que te trataba así en muchas ocasiones, para que tu confesases todo lo que habíamos sido y entonces poder verificar lo que vi en esas fotos.
viernes, 20 de noviembre de 2015
Solo quiero que sepas que me voy.
martes, 8 de septiembre de 2015
Cuando se trata de olvidar...
El olvido me ha dicho que no es nuestro momento, qué me espere y que deje de buscarle, porque en lo que refiere a ti, nunca voy a encontrarle.
Parece que no quiere que te olvide, que hijo de puta, yo aquí deseando deshacerme de ti, aunque me duela, y él se burla de todo lo que vivimos, queriéndome hacer sufrir y hacerme recordar todas y cada una de las cosas que llegamos a vivir. Y no quiero, joder.
No quiero que cada cosa que hago pueda recordarme a ti, no quiero que de la nada aparezca el olor de tu perfume o que alguien se ría casi de la misma forma que tú lo hacías, y digo casi porque nadie sabe imitarte del todo, ni aunque lo intenten.
No quiero que ninguna canción me hable de ti, ni de mi, ni de nosotros ni de nada de todo lo que vivimos. No quiero que unas sábanas me hagan añorar la cantidad de veces que llegamos a perdernos en ellas, tantas que hasta perdí la cuenta. No quiero que mis amigos me pregunten que cómo lo llevo o si he vuelto a saber de ti o si te echo de menos...
No quiero ver ninguna de nuestras fotos, ni tampoco tu cepillo de dientes en el lavabo. No quiero ver tus calcetines dando vueltas por el suelo de mi habitación ni que pierdas tus llaves por algún rincón de mi casa solo para tener una excusa más para no volver a la tuya.
No quiero encender la radio y encontrar tu emisora favorita cómo tampoco quiero que me llames cada vez qué me quedo dormida y que sonría cuando sea tu nombre el que vea en la pantalla.
No quiero nada de eso y sí, puede que hace unos meses me muriese de ganas de eso y más pero ahora ya no, no quiero pasarme la vida llorando por haberte perdido ni dedicar cada a recordarte hasta que vuelvas, porqué sé sin duda alguna que una vez que alguien se va, ya le quedan pocos motivos para volver, aunque yo sé que te di motivos suficientes para quedarte incluso pensando que el quererte ya era suficiente.
Así que por eso llamo al olvido constantemente para que me ayude a olvidarte pero ya lo ves, parece que quiere reírse de mí, cómo si ya no me hubieses dolido antes. Así que mientras él se niega a venir a mí y se niega a que te olvide, yo finjo olvidarte, finjo que no me dueles y sobre todo finjo que se me ha olvidado lo que era quererte, a ver si llega el día en que el que paso de fingir y empiezo a vivir, sin ti.