lunes, 30 de julio de 2018

Le pedí que se quedara.


No sé si piensa volver algún día, pero si lo hace,
que sepa que tiene la llave de mi desastre debajo del felpudo.

Que no hace falta que llame a la puerta,
que puede entrar cuando quiera.

Decidle que, si no estoy,
que me busque en aquel sitio donde solíamos perdernos.

Que yo estaré allí, con todos nuestros recuerdos
y sus ganas de querer,
que si las quiere de vuelta,
se las devolveré.
Y le demostraré,
porqué todo esto vale la pena.

Que le creí cuando me dijo que nunca se iría,
y ahora estoy deshojando margaritas,
esperando la respuesta,
a la pregunta de si me sigue queriendo.




Ojalá nos volvamos a encontrar.


Lo he vuelto a hacer.

Mi cabeza me repite constantemente que es lo mejor para ambos.

Nos hemos hecho daño, pero ojalá haber vivido en ese daño de manera permanente hasta volvernos a ver.
Prefería destruirme poco a poco, que disfrutar sin ti.

Has sido mi hogar, mi refugio y no sabes lo que duele sentirse desnuda y solo entre tanto cristal roto.

Quizás no debí acostumbrarme a ti, al fin y al cabo, te has marchado como hicieron todos.

Confié en ti, en tus palabras y por más que mi cabeza me repita que se acabó, ya sabes como es mi corazón. Mi corazón no entiende de despedidas y mucho menos la tuya.

Me salvaste en el momento que más lo necesitaba, me sacaste a flote del pozo en el que me encontraba y me ayudaste a calmar todos mis demonios.

¿Y ahora qué? Siempre me dijiste que pesaría lo bueno frente a lo malo, sin embargo te dejaste ganar por los errores. Te has acobardado frente a aquello con lo que llevábamos luchando dos años.

Ya sabes de que te hablo, la distancia. Siempre la había odiado, hasta que conocí, hasta que me hiciste ver lo bonito que era esperar por verte. Ahora, has vuelto hacer que la odie.

No te culpo de lo que nos ha pasado, al fin y al cabo echarse de menos entre tanto kilómetro no es nada fácil. Lo que si ha sido fácil es la manera en la que has decidido irte.

Prometiste quedarte, antes cualquier adversidad. La distancia no iba a poder con nosotros. Y te ha vencido o quizás, te has dejado ganar.

Ojalá todas las teorías absurdas que he pensado se cumplan. Aunque no me guste esperar, ojalá este respiro que estamos dando te enseñe que vale la pena volver a abrirle la puerta a quien merece la pena.

Aún así he de decir que tengo miedo y mucho, mi cuenta atrás ha empezado, pero no sé que tipo de obstáculos van a aparecer por el camino, y cuando digo obstáculos, sabes a lo que me refiero.

Confié en ti, y no dejaré de hacerlo. De lo errores se aprende y ojalá el tuyo sea una forma que tenga la vida de demostrarnos que a veces es necesario un respiro temporal, para darnos cuenta de lo bonito que es respirar con otra persona.

Ojalá después de todo este tiempo, nos volvamos a encontrar.