lunes, 30 de julio de 2018
Le pedí que se quedara.
No sé si piensa volver algún día, pero si lo hace,
que sepa que tiene la llave de mi desastre debajo del felpudo.
Que no hace falta que llame a la puerta,
que puede entrar cuando quiera.
Decidle que, si no estoy,
que me busque en aquel sitio donde solíamos perdernos.
Que yo estaré allí, con todos nuestros recuerdos
y sus ganas de querer,
que si las quiere de vuelta,
se las devolveré.
Y le demostraré,
porqué todo esto vale la pena.
Que le creí cuando me dijo que nunca se iría,
y ahora estoy deshojando margaritas,
esperando la respuesta,
a la pregunta de si me sigue queriendo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario