domingo, 1 de septiembre de 2013

Capítulo 29 -No se puede ser fuerte cuando alguien es tu debilidad.


Jake sonrió y empezó a acelerar sus envestidas cada vez más y más viendo mi cuerpo subir y bajar todo el rato hasta que, decidí mandar yo por lo que me coloqué encima suyo. Jake colocó sus dos manos en mis caderas mientras las mías estaban en el respaldo del sofá ayudando mi movimiento de ir hacia arriba y hacia abajo. Jake solo podía contemplar mis pechos por lo que los cogió y besó con ternura haciéndome gemir como nunca, Jake se excitó tanto que cogió sus manos y empezó a envestirme como nunca lo había echo mientras apartaba el pelo de mi sudoroso cuello y lo mordió marcándome. Llegando al final Jake no pudo hacer otra cosa que decirme
"No hay mejor cosa que hacerte el amor después de un partido nena" guiñó su ojo y de liberó dentro de mi.
 Sacándome de encima suyo, me vistió, después el mismo y me llevó al dormitorio donde dormimos abrazados toda la noche.
A la mañana siguiente sonó el despertador a las 6, era hora de levantarse y prepararse para el día que nos esperaba. Hoy nos tocaba tirolina a primera hora, después  rapel y finalmente rafting.
Jake hizo caso sumiso del despertador, así que decidí darle unos buenos días bien frescos tirándole un vaso de agua a la cara.
- ¿Se puede saber que haces? - dijo Jake de mal humor.
- Buenos días dormilón. - dije entre risas.
- Eh corre que se escapa, que se escapa por ahí. -dijo
- ¿Qué se escapa el qué? - dije confusa.
- Tu gracia. - dijo Jake serio.
- Ja-ja  -dije fingiendo una risa.- Vamos no me digas que no te ha parecido una manera original y fresca de despertarte.-dije riendo.
- ¿Tu quieres ver lo que es una manera original de despertarse? -dijo desafiándome con la mirada.
- ¿Me estás amenazando? -dije mirándole de manera interesante.
- Tómatelo como un aviso.-dijo riendo.
- Sabes de sobra que dejaste de darme miedo haces unos años Jake. - dije en tonto burlesco.
- Ahí lo dejo bonita. - dijo desafiante - Y ahora más no vale arreglarnos o llegaremos tarde.
Nos arreglamos lo más rápido posible y nos fuimos para la zona de la tirolina.
Pasamos un gran día entre tantas actividades, las cuáles sirvieron para que Jake y yo estuviésemos más unidos. Al finalizar el rafting, la directora se me quedó mirando fijamente el cuello, en el cuál encontró un enorme chupetón de la noche anterior.
- ¿Me puede explicar que es esto señorita? - dijo bastante seria.
Yo me quedé paralizada ante la situación ya que no sabía que decir, ni que hacer, no sabía como actuar por no delatar a Jake.
- ¿Puede contestarme a la pregunta que le he hecho? - dijo de nuevo.
- No sé a que se refiere con 'esto' señora. -dije algo temblorosa.
- Le estoy hablando de esa enorme marca en su cuello. -dijo seria.
- Pues.. - me quedé en blanco.
- Es culpa mía, directora. - dijo Jake.
- ¿Culpa suya? -dijo algo anonadada.
- Sí, anoche había ácaros en el sofá Valeria es alérgica y pasé la aspiradora para que pudiese sentarse y de broma fui persiguiéndola con la aspiradora me tropecé con el cable y la aspiradora se quedó pegada en su cuello y al quitarla de la presión le hizo eso. - dijo Jake.
La directora estaba alucinando con lo acababa de contar Jake.
- Señorita Jazzy la próxima vez tenga más cuidado, esto de no ser por usted le podía haber costado la expulsión inmediata a la señorita Valeria. - dijo seria.
- Disculpe, no volverá a suceder. -dijo Jake 'serio'.
- En este caso, podéis iros a vuestra cabaña.
Llegamos a la cabaña, y subí enseguida al baño a verme el chupetón, a lo que no me extraña que la directora me hubiese dicho lo que me ha dicho,  dios mío, si tiene el tamaño casi de una galleta.
Bajé abajo y miré de mala manera a Jake.
- Ya sé que soy guapo, pero tampoco creo que sea para tanto. - dijo.
- ¿Te parecerá bonito, no? - dije cabreada.
- ¿Quién, tú? Pues claro. 
- No me vengas ahora con ñoñerías, casi me expulsan por tu culpa.
- Jugaste con fuego y te acabaste quemando, tu misma me dijiste entre gemidos 'quiero quemarme' ¿o no lo recuerdas? - dijo burlón.
- Oh espera, que ahora me dirás que tu no querías que me quemase.
- Me estás dando la razón ¿te das cuenta? 
- ¿Y lo de la aspiradora? No te podía poder inventado algo peor.
- Por lo menos he sabido sacarte del problema ¿o te crees que con tu 'pues..' habrías conseguido mucho?
- Seguramente no, pero algo más creíble que lo de la aspiradora hubiera conseguido.
- Ah bueno si quieres voy y le digo a la directora que era broma y haber que te inventas para seguir aquí.
- ¿Qué vas de remolón o qué? - dije cabreada.
- Soy remolón que es distinto.
- Tío me pones de los nervios. -dije.
- Te pongo y punto. - dijo mientras me guiñaba el ojo.
- ¿No te cansas de intentarlo? - dije.
- ¿Y tú, no te cansas de fingir que puedes vivir sin mi? - dijo Jake.
- Estupendo Jake, acabas de joder este momento tan romántico.
- ¿Romántico? Ves, como quieres algo.
- ¿Te importaría dejar de ser tan creído?
- Cuando reconozcas que te sigue matando tenerme cerca, que te sigue matando verme recién levantado con los pelos de recién levantado que tanto te gusta, cuando me digas que sigues poniéndote al ver mi espalda. - dijo a escasos centímetros de mi boca.
- ¡Oh, genial! Ahora voy a tener que soportar que seas un creído toda mi vida.
- Ais enana, enana. - dijo Jake.
- Voy a darme una ducha que apesto.
- Ah. ¿eras tú? Ya decía yo que olía un poco mal.
- Ja-ja, muy gracioso.
Me levanté y me subí arriba a pegarme una ducha.
En la ducha estuve dándole bastantes vueltas a lo que había pasado la noche anterior, la verdad es que me había encantado, echaba mucho de menos esos piques tontos que acaban en lo que acaban, también echaba de menos la tensión sexual no resuelta que siempre hay entre medias nuestra, lo creído que es pero lo que me encanta que lo sea, pero a la vez, sé que hice mal porque me juré a mi misma que no me iba a volver a fijar en él, ni esos ojos marrón miel que enamoran solo con mirarlos, ni en esos abdominales tan jodidamente perfectos que tiene, ni en, ¿véis? A esto me refería pienso que no quererle y alejarme de él, pero me acabo perdiendo en sus ojos y en la manera que tiene de pincharme para que caiga en sus juegos, dios es que odio tanto que sea mi punto débil, odio no poder ser fuerte con él. Es imposible ser fuerte cuando alguien es tu debilidad.
Al salir de la ducha, me puse la toalla en el cuerpo y me enrosqué la otra más pequeña en el pelo, me di cuenta de que no me había traído el pijama, por lo que tuve que salir a por él.
Y justo cuando salgo del baño en busca de mi pijama ahí estaba Jake, quitándose la camiseta mientra hacía ese meneo de cabeza tan suyo para dejarse el pelo en su sitio, acto seguido se quitó los pantalones y se colocó los de pijama,dejando el pecho al descubierto, su afición era dormir sin camiseta fuera la época del año que fuera, para mi desgracia estornudé y se dio cuenta de que estaba detrás de la puerta viéndolo.
- La próxima vez me avisas de que quieres verme y te hago el striptis personalmente. - dijo.
- Idiota, solo quería entrar a por mi pijama.
- Te recuerdo que tu pijama está en tu habitación no en la mía.
'Mierda' dije entre mí.
- Lo siento, la costumbre. - dije para intentar disimular.
Fui a mi habitación, me puse el pijama y me tumbé en la cama, sinceramente se me hacía raro estar en el mismo espacio que Jake y no tenerlo al lado dándome besos por el cuello ni diciéndome lo mucho que me quiere, no sé, se me hace muy raro, pero es lo que tenía que aguantar si quería olvidarme de él.
No tuve otra que conformarme a dormir abrazada a mi almohada como había hecho meses atrás.
Al día siguiente, los rayos del sol penetraban por la ventana de una manera tan fuerte que hicieron que me despertase, miré el despertador y pude apreciar que aún eran las 5:50 así que cerré de nuevo los ojos y me dormí, pero para mi desgracia mi sueño no duró más de 5 minutos ya que Jake entró como un loco a mi habitación gritando 'DESPIERTA, ES HORA DE DESAYUNAAAAAAR'.
Me quedé un poco asombrada al ver que a la vez que gritaba eso, llevaba una bandeja con zumo, tortitas y oreos.
- ¿Esto es para mi? - pregunté.
- ¿Ves a más gente por aquí? - se hizo el gracioso.
- Y ¿puedo saber que se debe esto?
- Me apetecía hacerte el desayuno ¿no puedo o que? 
- No, al contrario me encanta, pero cuando estábamos juntos no me traías oreo ni zumo eh ya te vale.
- Con el tiempo uno va mejorando.
Me dispuse a comer oreo, pero aquello me hizo que tuviese ganas de vomitar de lo malo que estaba, así que decidí beber el zumo para quitarme el mal sabor de boca y el zumo sabía incluso peor que las oreo.
- ¿Se puede saber que mierdas me has dado?
- Bienvenida a mi despertar original, te presento las oreo con su nueva adquisición de pasta de dientes sustituyendo a la crema y al líquido de varios yogures mezclados como zumo ¡Tachán! - dijo Jake riendo.
- ¿Ahora es cuando se supone que debo reírme contigo de la supermega broma que me has hecho? -dije cabreada.
- Mmmmm deberías - dijo Jake entre risas.
- Suerte tienes de que sea el última día. - dije mirándole furiosa.
- Suerte por no tener que ver esa cara tan fea recién levantado porque por otra cosa. - dijo riendo aún más.
- Demasiado gracioso te has levantado esta mañana ¿no crees? - dije molesta
- Encima que lo hago para que sonrías un poco.. - dijo algo decepcionado.
- Si quieres verme sonreír hazme un desayuno en condiciones, haz que mis amigos de España vuelvan aquí, no te vayas de mi lado, llévame de compras, pero estas pues no.
- Espera, ¿qué has dicho antes de lo último? - dijo sonriendo.
- Que me lleves de compras.
- No, justo antes de eso.
- Que vuelvan mis amigos de España aquí.
- No no, has dicho que no me vaya de tu lado.
- Ah sí, he dicho que te vayas de mi lado, habrás oído mal.
- Valeria ¿tengo que recordarte que se te da muy mal mentir y que cuando te pones nerviosa empiezas a mover las manos? - insistió Jake
Me quedé callada sin saber que decir de nuevo.
- ¿Ves? Tardas hasta en contestar, pues que sepas que esta vez no puedo ser yo el que se invente una excusa eh. 
- Eres un imbécil. - dije yéndome.
Jake me agarró del brazo y pegó mi cuerpo contra el suyo.
- Repíteme eso ahora. - dijo a escasos centímetros de mi boca.
- Eres un imbécil. - le contesté sin preocupación alguna.
- Tu boca dice eso pero tus ojos te delatan enana. - dijo acercándose aún más.
- Mis ojos no dicen nada, si eres un imbécil no es mi problema. - dije.
- ¿Sabes? No sabes lo mucho que me pone verte nerviosa cuando me tienes cerca. - dijo mirándome pícaro.
- Entonces ahora debes estar tranquilo, porque no te estoy de ninguna manera. - dije tartamudeando.
- ¿Estas segura? - dijo a milímetros.
- Totalmente. -dije muy nerviosa.
- Entonces, no te importará que haga esto. - me besó en el cuello.- si total te doy igual. - me susurró al oído.
- No sigas Jake en serio.
- O si no ¿qué, vas a ponerte más nerviosa aún? - dijo.
- No me tientes.
- La última vez que tuvimos una conversación acabamos algo ligeros de ropa ¿recuerdas?
- Encima de imbécil también eres gilipollas, un dos por uno oye.
- Sé que tienes las misma ganas de besarme que yo a ti. -dijo rozando mis labios.
Me mordí los labios, tenía razón, ¿por qué? joder ¿por qué?
Estaba deseando enlazar nuestros labios en un apasionado beso, pero mi corazón había puesto una coraza sobre mí que me lo impedía.
- Lo que quiero es perderte de vista.
- No te creo.
- Créeme.
- ¿Lo comprobamos?
- Cuando de quieras.
- Si quieres que me vaya solo tienes que decírmelo.
- ¿Y si no te lo digo?
- Tendrás que besarme. 

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