domingo, 13 de diciembre de 2015

Capítulo 51 - El lugar donde empezó todo.



Una vez más pido perdón por tardar meses en subir capítulo nuevo, pero como he dicho en varias ocasiones, 2º de Bach no me deja respirar además entre otras cosas he estado bastante tiempo sin inspiración de ideas para continuar, pero bueno he aprovechado que se acerca Navidad para hacer un descansito y haceros un pequeño regalito que pronto le seguirán unos cuántos capítulos que tengo pensados. Espero que la espera os merezca la pena, un besito.



- ¡Sorpresa! - gritó Jake.
Estaba paralizada, no sabía como reaccionar, ni como actuar, ni mucho menos que decir.
- ¿Qué te pasa Valeria, no te ha gustado la sorpresa? - dijo Jake algo cabizbajo.
- No sé ni que decir, no me esperaba esto después de todo..
- Es una pequeña forma de demostrarte que voy en serio cuando digo que te quiero.
- Jake no me merezco esto joder. - se me escapó una lágrima.
- No digas eso, te mereces esto y mucho más.
- Creeme que no me lo merezco en serio, agradezco la sorpresa, el pedazo detalle que has tenido al volver a traerme aquí, y sobretodo agradezco y valoro los cojones que has tenido de hacer esto solo para demostrarme que soy importante para ti, pero te juro por lo que más quiero en este mundo que no merezco nada.
- Mira Valeria me da igual lo que digas, me da igual que pienses que no te mereces nada, porque no te das cuenta que eres la persona que más cosas se merece en este mundo, empezaste a quererme cuando yo era un auténtico capullo, ni siquiera sé como narices tuabpasar unvalor de enamorarte de mí después de lo mal que lo habías pasado con el otro chico, me diste la oportunidad de conocerte, privilegio el cuál muy pocos han logrado obtener, privilegio el cuál yo, en muchas ocasiones he desaprovechado, sin embargo tú siempre has sabido perdonarme, has hecho lo mejor para mí siempre, y me has cuidado y querido como nadie jamás sobre la Tierra lo ha hecho, por eso te he traído aquí al lugar donde empezó todo, donde me regalaste la noche más bonita de mi vida, y dónde quiero pasar la segunda como si fuese la última.
Rompí a llorar como nunca antes lo había hecho, Jake había apostado por mí una vez más, incluso después de saber que el motivo por el cuál no recuerda nada de sus 18 años de vida es por mi culpa.
Me sentí una gran mierda en ese momento, de hecho cualquiera que hubiese estado en mi lugar ese momento se hubiese sentido así. La había vuelto a cagar como tantas veces, y de nuevo con las mismas personas, esas por las que me prometí a misma que jamás iban a volver a derramar una lágrima por mí. 
Christian me encanta, siempre lo he dicho, es el chico que cualquier chica querría tener, pero a su vez Jake es mi debilidad desde el día que lo conocí y una vez más me demuestro a mí misma que contra una debilidad no se puede luchar. Por mucho que pase el tiempo, por muchas putadas que me haga, por muy mal que lo pase, por muchas noches que me pase llorando, cuando Jake vuelve es como si no hubiese pasado el tiempo y todo lo malo quedase totalmente reducido.

- ¿Por qué lloras Valeria? - preguntó algo confuso.

- Porque me he dado cuenta de que estoy jodidamente enamorada de ti Jake.

Jake sonrió como un idiota.

- ¿Y qué tiene de malo eso? 

- Que no te mereces que te quiera alguien como yo.

Jake no sabía a que me refería con eso que acababa de decirle y puso su cara de no haberse enterado de nada, por la cuál comencé a reír.

- ¿De qué te ríes ahora? - Jake no entendía nada.

- De que me encanta cuando pones esa cara.

- ¿Qué cara? - la volvió a poner, aunque no apropósito.

- La que estás poniendo ahora, esa de no saber qué narices está pasando, que te hace ser aún más irresistible de lo normal.

- ¿Esta? - hizo el intento de ponerla forzadamente pero no le salía.

Reí de nuevo.

- No sé si te prefiero con cara irresistible o haciendo el intento de serlo.

- ¿Haciendo el intento, me estás diciendo que no soy irresistible siempre? - se hizo el indignado.

- Veo que lo vas pillando... - reí mientras le guiñaba un ojo.

- Pues tú tampoco te pienses que lo eres.

- ¿Para cuando el 'ahora me enfado y no respiro'? - dije para picarle.

- Muy graciosa estás esta noche, ¿no crees?

- Esta noche estoy muchas cosas. - dije con cara de pícara.

Jake abrió los ojos como platos.

- ¿Qué cosas? - me empezó a acariciar la espalda.

- No me busques, que me encuentras...

- Lo siento señorita Valeria, pero me apetece encontrarte. - dijo a escasos centímetros de mi boca.

- Pues lo acabas de hacer. - le besé.

Nuestros labios se fundieron en un beso intenso pero delicado a la vez, las manos de Jake estaban alrededor de mi cintura mientras que las mías estaban en su cuello.
Lo dirigí poco a poco hacia la cama, hasta tumbarlo en ella, mi cuerpo se encontraba sobre el suyo.
Jake seguía con sus manos alrededor de mi cintura a diferencia de las mías que ahora estaban quitándole cuidadosamente la camiseta.
Una vez fuera la camiseta, pedí a Jake que se girase y comencé a acariciarle la espalda con delicadeza, mientras que le susurraba al oído, hasta que me cansé, le pedí de nuevo que se diese la vuelta, con la excusa de acariciarle el pecho y me puse encima de él.
Podía notar como su miembro viril había crecido considerablemente, lo cual me podría una excitación mayor aunque me desconcertaba el hecho de que Jake ni siquiera me hubiera tocado el culo aún.

- ¿Tienes pensado quitarme la camiseta o algo, o te piensas que todo lo voy a hacer yo? - dije vacilándole.

- Perdón, es que estoy nervioso..

- ¿Nervioso? ¿Por qué?

- Porque es mi primera vez.

- Muy buena esa Jake. - empecé a reír.

- Valeria hablo en serio, a ver ya sé que aquí tú y yo tuvimos nuestro momento, pero tras el coma y la amnesia sabes que 'volví' a nacer..


- ¿Y Andrea qué?

- No pasó nada..

- Vamos Jake no me jodas, me tiré una tarde entera preparando la casita del bosque contigo para ese día.

- Lo sé, pero no pude hacerlo.

- ¿Por qué?

- Porque encontré en uno de los cajones del salón fotos nuestras y en ese momento supe que tú y yo no habíamos sido simples amigos, empecé entender tu actitud muchas veces frente a Andrea y me di cuenta de todo lo que llevabas aguantando este tiempo sin que nadie lo supiese. Por un momento fue como que sabía quien eras y lo que significábamos el uno para el otro. Es por eso, por lo que te trataba así en muchas ocasiones, para que tu confesases todo lo que habíamos sido y entonces poder verificar lo que vi en esas fotos. 

Me aparté de Jake, y me senté en el borde de la cama, con las manos en la cabeza, no podía creer lo que estaba escuchando.

- Entiendo que después de esto, me odies un poco más de lo que me odiaste en su momento por hacértelo pasar tan mal, lo siento de verdad mi intención nunca fue hacerte daño. - empezó a llorar.

- ¡Ey! Tranquilo cariño, que no te odio. - le abracé.

- Entonces, ¿por qué te has apartado cuando te lo he dicho? - lloraba aún más.

- Porque es la cosa más bonita que han hecho por mí jamás Jake, y una vez más eres tú la persona que me la ha hecho, no te haces una mínima idea de todas y cada una de los detalles que has tenido conmigo a lo largo de todo el tiempo que nos conocemos. Y por cosas como estas me haces recodar porque me enamoré de ti y porque a pesar de todo lo sigo estando, eres increíble Jake, no sé cuántas veces te lo habré dicho ya, pero jamás voy a cansarme de repetírtelo. - le di un beso en la frente mientras le acariciaba la cara y le agarraba la mano.

- ¿De verdad que no me odias? - dijo mientras se secaba las lágrimas.

- ¿Crees que alguien podría odiarte después de lo que has dicho? Cualquiera en su sano juicio se volvería loca por ti.

- Lo siento mucho Valeria, de verdad.

- No tienes que sentir nada, repito que es lo más bonito que nadie ha hecho por mí.

- Siento haber estropeado la noche, te quiero muchísimo Valeria.

- No has estropeado la noche, es más la has arreglado, porque hace unos años, aquí me hiciste pasar la noche más bonita de mi vida y esta te toca a ti.

- Estoy muy nervioso, no quiero que recuerdes esta noche como algo penoso por mi parte.

- Haber si te piensas que aquella noche yo fui gran cosa. - dije para relajar el ambiente. - tú tranquilo mi vida, que recordarás esta noche con una enorme sonrisa, tu relájate y disfruta. Te quiero idiota.

Acto seguido le besé como nunca antes le había besado, era un beso de nostalgia, de amor verdadero, de orgullo por parte de ambos. 
Tomé la iniciativa, y para que se le fuesen los nervios le hice un pequeño striptis que acabó siendo patético puesto que me caí en el intento de quitarme los pantalones de una manera sexy, pero que lograron mi objetivo: hacer reír a Jake y que se olvidase de todo.
De nuevo me puse encima suya, ambos semi desnudos, tomé sus manos y las puse en mi espalda, las mías estaban acariciando sus abdominales. Poco a poco las fui deslizando hasta llegar a la parte superior de sus boxers, los cuales acabaron en el suelo en cuestión de segundos. La cara de Jake era para enmarcarla, no sabía por qué pero me encantaba mirársela (la cara, digo).

- ¿Estás preparado y seguro cariño? 

- Sí pequeña. - me besó.

- Te quiero. - le dije mientras introducía su miembro en el mío.

De nuevo su cara fue para enmarcarla, me cuenta que este Jake era el chico del que me había enamorado ese verano en aquella habitación de camping.
Se lo hizo lento, mientras le acariciaba el pelo y le susurraba al oído lo mucho que le quería.
Tras mucho tiempo, acabamos y me tumbé a su lado. 
Me paré a observarlo, cosa que nunca había hecho y que debería haber hecho mucho antes, puesto que Jake tras hacer el amor estaba tres mil veces más sexy y adorable que de normal.

- Gracias por ser la mejor en todo, pero sobretodo la mejor en quererme.

- Gracias a ti por esconder el móvil debajo de la almohada aquel día y hacer que me diese cuenta de que eras la persona con la que quería pasar gran parte de mi vida.

- ¿Sabes qué? - me dijo.

- Dime.

- Que tú y yo hemos hecho historia.

- ¿A qué te refieres?

- Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, pero nosotros, no conozco historia más complicada que la nuestra y aún así míranos Valeria, ambos hemos estado con otras personas y sin embargo hemos acabado de nuevo juntos.

- Hay personas que están destinadas a estar juntas toda la vida, otras lo están pero para echarse de menos, también están esas que están destinadas a quererse toda la vida pero no logran estar juntos como toca porque uno de los dos es un cobarde que en cuánto el barco se hunde decide tirarse al mar y salvarse, que intentar elevarlo con la ayuda de la otra persona que está dispuesta a poner la fuerza de ambos. Y luego estamos tú y yo, que por mucho tiempo pero sobretodo muchas personas que pasen, nos seguimos necesitando él uno al otro y me siento muy afortunada de ello, no de que me necesites, si no de que seas tan valiente de seguir queriéndome cuando peor van las cosas en lugar de marcharte, porque créeme conozco historias de personas que han salido muy rotas a causa de que para uno de los dos ha sido más fácil abandonar y volver de vez cuando, que permanecer, y es una jodida putada seguir adelante y que de repente vuelvan a ti, creas que todo volverá a ser como antes, y de nuevo te dejen igual de rota o peor que cuando se fueron la primera vez. Pero aún es más duro aún, seguir estancada en una página mientras que la otra persona ya ha quemado el libro y ha empezado a escribir uno nuevo de la peor calidad existente en el mundo. Así que sí, hemos hecho historia, y te quiero por ello y por todo lo que conlleva estar a tu lado viendo la vida pasar.

- Te amo Valeria.

- Te adoro Jake.

Después de aquella mágica noche, Jake y yo pasamos unos días estupendos por París.

Pero todo era demasiado bonito para ser cierto, y así fue. 
Una semana y media de volver de París con Jake, me sonó la alarma del móvil, por la cual me extrañé puesto que yo no había puesto ninguna alarma, así que al mirarle descubrí que era de la aplicación de mi móvil avisándome de que hacía tres días que debería haber anotado que había comenzado mi período, cosa que me hizo alarmarme porque jamás se me olvida apuntarlo y esta vez no lo había hecho, porque aún no me había bajado.
Al principio no le di importancia porque nunca he tenido la regla regulada, así que por una parte estaba tranquila, aunque dicha tranquilidad desapareció en el momento en el que revisé el calendario y vi que mis dos últimas relaciones sexuales habían sido sin protección.
El móvil cayó al suelo y tras él, yo.
Lo siguiente de eso fue despertar en la cama de un hospital con la cabeza vendada con Brenda sentada a mi lado y Hugo y Jake paseando pasillo arriba, pasillo abajo de los nervios.

- ¿Qué hago aquí y por qué tengo la cabeza vendada?

- Te desmayaste en casa y Jake te encontró en el suelo rodeada de sangre. 

- Joder...tio me duele mucho la cabeza.

- Tranquila que el médico nos ha dicho que en cuánto te despertases, te llevarían a hacerte pruebas.

- ¡NO! ¡PRUEBAS NO! - dije alterada.

- ¿Por qué no?

- No nada...han sido los nervios, perdón.

- Valeria, ¿por qué te desmayaste?

- No-no me acuerdo. -tartamudeé.

- ¿Puedes levantarte las mangas?

- ¿Para qué?

- Quiero verte los brazos.

- ¿Te piensas que me he estado auto lesionando otra vez?

- Pues no lo sé Valeria, pero no se me ocurre otra cosa por la que tengas tanto miedo a que te hagan pruebas.

- Me parece muy fuerte que te pienses que me he vuelto a auto lesionar, estoy recuperada de eso sabes.

- Valeria, has dicho eso muchas veces y luego 
te han vuelto a pillar, te lo he preguntado por tu bien, sabes que quiero lo mejor para ti.

- Pero que cojones vas a querer lo mejor para mí, si me estás acusando de algo sin pruebas, no confías en mí.

- ¿Por qué te pones así, si no? ¿Por qué no quieres que te hagan pruebas?

- ¡POR QUÉ ESTOY EMBARAZADA JODER! 

- ¿QUÉ?

- Eso joder, encima ni siquiera sé quien es el padre. - empecé a llorar.

- ¿QUÉ?

- ¿Puedes decir algo que no sea 'qué'? Gracias. - seguía llorando.

- Valeria ¡qué narices has hecho para no saber ni quien es el padre! 

- Acostarme con Christian una noche y la siguiente con Jake.

- ¿CON CHRISTIAN? HOLA, ¡¿QUÉ ME HE PERDIDO!?

viernes, 20 de noviembre de 2015

Solo quiero que sepas que me voy.

"Querido amor de mi vida y de la vida de otras, no quiero que te lo tomes a mal, supongo que es el dolor el que habla y no yo, son las heridas que todavía escuecen, esas que un día dejaste en mi. Tengo tantas cosas que decirte que no sé cómo empezar..podría decirte que eres un gilipollas, un capullo, un.. bueno todo eso ya lo sabes. Podría decirte que te odio por lo que me hiciste, por todas las veces que volviste y tal cual te fuiste, que no te necesito, que ojalá te vaya tan mal como has hecho tú con mi vida desde que entraste, me diste demasiadas cosas que recordar y te fuiste arrasando todo a su paso..como un incendio sin control que cuando empieza no sabes cómo acabará y cuáles serán los daños. Tú eres el fuego y yo soy el bosque que se quema y que se ha quedado en cenizas..eso es lo único que queda de mi. Podría decirte que nunca he sentido nada pero estaría mintiéndote porque todas y cada una de las palabras que te susurraba en medio del cine, al otro lado de la mesa, debajo de ti en la cama, todas y cada una de ellas eran sinceras. Sólo espero que algún día cuando creas que quieres verdaderamente a alguien pienses en mi y en lo que te perdiste, que se te escape mi nombre cuando la llamas, que veas mis ojos en todas partes y que el perfume que lleve te recuerde a mi y a todas y cada una de las noches que lo dejé impregnado en tu cuerpo.
 Quiero que sepas que he querido odiarte por lo rota y jodida que me dejaste pero lo único que he acabado haciendo es odiarme a mi misma por no poder olvidarte. Y..si algún día lees esto quiero que sepas que ya es tarde, que quiero empezar una vida sin ti, un capítulo nuevo, una historia digna de ser recordada...
Solo quiero agradecerte que me abrieras los ojos antes de que fuese demasiado tarde, antes de quererme quedar toda mi vida con el mayor error que he cometido. Puede que fueses el primero en muchas cosas pero ser el último como tantas me juraste que ibas a ser ya no está hecho para ti. Puede que me arrepienta, puede que esté metiendo la pata al decir todo esto, pero han habido tantas noches en las que te he necesitado y tú, simplemente no has estado. Decías que ibas a quedarte conmigo el resto de tu miserable vida y al final la miserable he sido yo, por quererte, por perderte, por querer creerte cada vez que volvías diciéndome que me echabas de menos, a mí, a mis besos, a dormir juntos, en definitiva que me necesitabas día a día... Y después de todo lo único que pasa es que llega otro otoño en el que ya no estás y siento que me ahogo, siento que este no es mi sitio porque es contigo o sin ti y verte todos y cada uno de los días correteando a mi alrededor, como si nunca hubiésemos tenido recuerdos en común, es lo más difícil que he tenido que hacer aparte de alejarme de ti el resto de mi corta y miserable vida. Y te quiero, y te odio. Y siento tantos sentimientos contradictorios hacia ti. Hay veces en las que he deseado poder ser tú y saber cuánto llegaste a quererme. 

Sólo quiero que sepas que me voy, que ya es tarde para ti, que no hay perdón que valga ni palabras que calmen el dolor que dejaste. Vuelve a por mi, si quieres, que lo más probable es que yo no esté aunque mi corazón se muera de ganas por quedarse. Sólo una última cosa; prometí que me quedaría aunque las cosas se pusieran difíciles pero necesito marcharme y muy en el fondo sabías que lo haría..me conoces más que nadie y sabes que lo necesito. Y hoy, diecinueve de noviembre, siento que me asfixio al no tenerte aquí conmigo pero sé que, al fin y al cabo, es lo mejor. Siempre te dije que en mi vida no había finales felices, solo finales que no eran dignos de ser recordados pero ya me ves, no puedo olvidar a alguien que en su día me hacía feliz.."

martes, 3 de noviembre de 2015

'creeme que ese día no tardará en llegar...'


Notarás tu amor por el brillo de mis ojos cuando ya no puedas verlos. Querrás enredar tus dedos en mi cabello cuando ya no puedas recordar lo que se sentía. Querrás abrazarme cuando te des cuenta de que ya no estaré ahí para abrirte mis brazos. Necesitarás mis palabras y mis miradas cuando logres entender cuánto significaban para ti y nadie más pueda hacerte sentir lo mismo con ellas. 
Recordarás mi sonrisa y mis gestos cuando ya ni siquiera puedas encontrar mi rostro.
Lograrás darte cuenta del gran amor que teníamos cuando ya sea demasiado tarde, cuando yo ya haya decidido marcharme, pues fuiste tú el que decidió irse. 
Querrás besarme cuando mis labios ya no quieran tocar los tuyos, y querrás tomar mi mano cuando el calor que te entregaba haya desaparecido. Vas a querer abrazarme por las noches, pero tendrás que poner tus brazos sobre tu almohada, en lugar de mi piel, pues ya no estaré ahí para buscar tus brazos, ni despertarte por las mañanas.
Me valorarás cuando ya no esté, pues te darás cuenta de la falta que te hago, y eso es lo típico. Desearás haber estado conmigo cuando yo ya haya tomado mi propio camino y ya no quiera volver la vista atrás. 
Me amarás más cuando ya no puedas escucharme decir cuánto te amo, porque ya no estaré dispuesta a hacerlo, pues habré el coraje y las ganas de decirlo, de hecho hace tiempo que no me atrevo ni a pronunciarlo.
Querrás estar conmigo cuando mis fuerzas ya estén flaqueando, cuando esté cansada de haberte esperado, cuando ya no tenga ganas, pues no quisiste hacer el esfuerzo, y eso es lo peor, que siento que serás capaz de valorarme cuando mi amor se haya apagado y yo me haya marchado para no volver jamás y creeme que ese día no tardará en llegar.

Hemos cambiado.


No entiendo la manía que tenemos de aferrarnos con tanta fuerza al pasado.
Algunas veces por nostalgia, otras por aburrimiento, nos da por releer palabras que un día fueron nuestras, viajamos a través de fotografías, incluso derramamos alguna que otra lágrima  mientras sujetamos un objeto que en su día fue el mayor tesoro que encontramos (por alguien).
Nos preguntamos que habría sido de nosotros si hubiésemos escogido otro camino. Si nos hubiésemos arriesgado. Si no hubiésemos tenido miedo a decir te quiero, o si lo hubiésemos dicho.
Nos imaginamos una vida diferente a la que tenemos, recordando besos que no se dieron, o que se quedaron por dar.
Sobretodo nos aferramos a lo que fue y ya no es. A lo que nunca fue, bien porque no pudo o porque no quisimos.
Y por momentos la curiosidad nos sorprende tratando de adivinar si cometimos un error, si aún estamos a tiempo de intentarlo una vez más; o si ya no tiene sentido.
No entiendo la manía que tenemos de hacer las cosas tan difíciles.
Como si nunca fuera suficiente con lo que tenemos, como si no bastara con mirar a la persona en la que nos hemos convertido con profunda satisfacción.
Todo es más sencillo, todo es más fácil.
Jamás volveremos a ser quienes fuimos. Dijimos no porque en su momento quisimos decir no, o simplemente no tuvimos más remedio que hacerlo.
Nos arriesgamos porque entonces nos parecía la locura más bonita del mundo.
Elegimos ese camino porque entendimos que era el que debíamos seguir.
Pasamos páginas y cerramos heridas por nuestro propio bien, no tiene sentido volver atrás, ni revisar las cicatrices para ver si están cerradas del todo.
Es cierto que a veces el pasado vuelve a nosotros sin buscarlo. Y sentimos la tentanción y la necesidad de abrazarlo y sentarnos a contar viejas historias que sin duda alguna nos hicieron felices.
No podemos evitarlo, pero siempre se nos olvida lo importante, y es que son eso, viejas historias, que no regresarán.
Pero al final, algún día, comprendemos que cerrar la ventana nos protege del frío de madrugada, observamos el hoy y nos sentimos grandes supervivientes de lo pasado.
Hasta aquí hemos llegado, hemos caído, nos hemos levantado, hemos seguido hacia delante, hemos cambiado.

lunes, 12 de octubre de 2015

Parece que fue ayer..

Parece que fue ayer cuando habíamos quedado para hablar y acabé sentada sobre tu regazo.
Parece que fue ayer cuando después de tanto tiempo de espera por tu parte al fin nos fundimos en un beso, acompañado de tu timidez, esa que rara vez volví a ver.
Parece que fue ayer y en realidad han pasado ya dos años de aquel día, en el que me di cuenta que debía dejarlo todo y apostar por ti, por mí, por nosotros.
Dejé de lado el miedo a perder y me hiciste darme cuenta que hacía tiempo que estaba perdiendo, pero que al aparecer tú, había ganado, afirmando así que es cierto que muchas veces perdiendo, también se gana.
Sabes que siempre he sido de las que jamás han creído en las casualidades, que me paso el día cuestionando el porqué de las cosas y por ello siempre te decía que tú y yo no estábamos juntos por una misera casualidad, o por el destino como suele decir la gente.
Con el tiempo aprendí que ambos éramos dos personas frágiles (de hecho yo lo sigo siendo cuando se trata de ti), y que fue por ello por lo que nos empezamos a unir, aquellas noches interminables de verano en las cuáles ninguno tenía sueño, sin ser conscientes de que realmente eso no era insomnio, si no ganas de seguir hablando, aunque fuese la mayor tontería del mundo, cualquier cosa era buena excusa para quedarse un ratito más.
Contigo aprendí que no importa las veces que te caigas cuando tienes alguien por el que te levantarías el doble de tus caídas, aprendí el valor de tener a alguien al lado por el cuál estuve, estoy y estaré dispuesta a darlo todo, y sí la gente me repite constantemente que cuando aparezca otro, esas palabras se las llevará el viento, y no se dan cuenta que ya han aparecido otros, en este caso otro, por el cuál empecé a apostar, y cuando volviste, volví a dejarlo todo por ti, aunque me llevase después el mismo chasco que hacía 4 meses, me di cuenta que me había estado engañando a mí misma, que no te había olvidado, que solo me había acostumbrado a estar sin ti, y que por mucho que me jurase que cuando volvieses te ibas a dar con la puerta en las narices, mentía, y seguiré mintiéndome al creer que algún día vas a salir de mi cabeza porque muchos podrán pisar el camino, pero solo tú dejaste huella.
Cuando te conocí eras un auténtico desastre, de hecho a veces, aún sigues siéndolo, al igual que yo, pero a pesar de ser el mayor desastre que he conocido en mi vida, conseguiste enseñarme a quererme a mí misma, a amar mis defectos, que para ti eran lo más bonito y lo que más te gustaba de mí, solías decirme que era una cabezona a la que no se le podía decir nada porque enseguida saltaba, pero que en realidad eso te encantaba, contigo mis complejos se convirtieron en virtudes, de hecho gran parte de lo que te gustaba de mí, era lo que yo más odiaba, y a pesar de llevar 17 años odiando algo, tú conseguiste hacerme ver el lado positivo, me enseñaste lo que es que alguien te quiera por como eres incluso cuando sacas lo peor de ti, te enamoraste de mí en la peor etapa de mi vida, en la que estaba más que tocada y hundida, me sacaste del pozo en el que llevaba metida desde hace meses y del cuál nadie había logrado sacarme. Me enseñaste a valorarme, una pena que yo no aprendiese a valorarte como te merecías hasta que vi que te ibas, cuando realmente hacía tiempo que te estabas yendo, y por eso creo que estoy destinada a quererte el resto de mis días, y creeme que no hay peor castigo que este, que supone echarte de menos día sí, día también, cerrar los ojos y que todas las canciones lleven tu nombre por alguna parte, salir a cualquier parte y acordarme de cada momento, en cada sitio, incluso estoy empezando a odiar tu perfume porque no hay día que no pase alguien por mi lado con él y joder, no veas como duele.
Me he dado cuenta que el primer amor no es la primera persona que te gustó, sino por quien haces cosas que nunca imaginaste y no olvidarás jamás, así que creo que si en un futuro tuviese que hacer una definición exacta a mis hijos o a cualquiera de lo que es o ha sido el amor de mi vida, sacaría nuestras fotos, y solo me haría falta ver nuestra felicidad en ellas para darme cuenta que eres tú, y que nadie va a reemplazarte, porque ¿sabes qué?
Eres la persona que más me ha hecho llorar en mi vida.
Pero, ¿sabes qué? También eres la persona que más me ha hecho.
Y me da rabia que no seas capaz de tirar hacia adelante, de volver a intentarlo una vez más como solías hacer, porque en el fondo sé que dentro de ti sigue quedando algo y que ese es el motivo por el que vuelves y te marchas cada dos por tres, porque la nostalgia te hace regresar al lugar que te hace feliz, pero el miedo se apodera de todo y te hace huir. Aún así confío en que algún día, después de todo, seas capaz de vencer ese miedo y volver al lugar del cuál jamás debiste irte, ya sabes a mi lado.

jueves, 1 de octubre de 2015

Que estés y no te vayas nunca.


Que no quiero que vuelvas, lo que yo quiero es que no te vayas nunca.
Que no quiero finales felices, ni poemas bonitos, ni domingos de mantita y peli, ni tampoco París, lo que yo quiero es que estés, eso es todo. Que estés y me mires cuando me derrumbo por dentro, que me cojas de la mano muy fuerte cuando empiece a romperme, y que me digas que no vale la pena, cuando ponga los ojos en blanco y me den ganas de llorar.
Quiero que me abraces el insomnio, que me entiendas los silencios, y que cantemos alguna canción en la ducha, que me abraces, que me beses sin motivos, que me improvises sonrisas y no tenerle miedo a los lunes a tu lado.
A tu lado todo, o si no, nada. A tu lado sonriendo o llorando, que más da.
Hace tiempo que me maravilla la belleza de lo triste, hace tiempo que planifico un futuro contigo, como si fueses la salida de emergencia de mi vida.
Es que creo que sigues sin entender que yo me reduzco a un montón de ojalás que se parecen a tu forma de besar, nadie va a entender mejor que tú, esta tonta necesidad de cerrar los ojos y que al abrirlos sigas ahí, a mi lado, sin que te asusten las cicatrices, ni mis ganas enormes de escapar.
Que sigas ahí, ayer, hoy y mañana, hasta que se nos sequen las ganas y nos preguntemos que haríamos el uno sin el otro, como me preguntaba yo cada día, que sería de mí, algún día, sin ti, y ahora mírame.

miércoles, 30 de septiembre de 2015

Ojalá sean tus pasos los que se oyen y hayas decidido venir otra vez.


Se oyen pasos de personas que nunca llegan, retumba el eco de un portazo que terminó por romperlo todo, se te escucha a lo lejos diciéndome 'adiós, no pienso volver'.
Y joder, ojalá sean tus pasos los que se oyen y hayas decidido venir otra vez, y ya te lo dije en su momento que claro que vendrás, tarde, pero seguirá siendo a tiempo, a tiempo para nosotros, ya te lo expliqué en su momento, que el mundo parece menos malo cuando me coges de la mano.
Te lo dije y te lo vuelvo a decir, te quiero. Y puedes seguir jurándome que es imposible, que hay cosas en la vida que nunca salen bien y que nuestra historia nació para ser una de esas cosas, qué triste me parece rendirse antes de intentarlo.
Ya lo dije una vez, y creo que no me equivoqué, en un mundo de cobardes, siempre será el valiente el que termina pagando y duele como ya te dije, pero solo mientras tu le dejes doler..
Me he cansado de dar pasos en falso, de verte irte y no volver, aunque ya sabes que como siempre, terminaré yéndote a buscar.
He de decirte, que el otro día leyendo a Sergio Carrión, me acordé de ti, de mí, de nosotros, tras leer una simple frase que decía algo así como 'soñaba con que me dijeras, estoy aquí para alegrarte la vida, gilipollas', y creo que no necesitas una explicación de porqué pensé en nosotros.
Leyendo Irene X, también había otra que decía 'estoy enamorada de ti, y tus pasos hacia atrás son mis ganas de seguir hacia delante'. Supongo que lo que te quiero decir es que, hay mil cosas que me recuerdan a ti, y que por inercia termino odiándo al verlas, recordando que los imposibles, solo son así cuando nosotros queremos que las cosas no cambien.

lunes, 28 de septiembre de 2015

Ahí cuando sabes que nunca vas a poder olvidarle...


Cuando eres adolescente crees haber encontrado el amor de tu vida, ese con quien aprendes a besar, aprendes a querer, a valorar, a reír, a llorar, aprendes a amar, aprendes tantas cosas..pero lo malo es cuando tienes que aprender a olvidar...
Todo iba bien y de pronto por una razón u otra tu corazón está en pedazos, tienes diecisiete años y ya conoces el dolor, la decepción, la desilusión. Lo que creíste que iba a ser la mejor etapa de tu vida se convierte en un tormento, a esa persona que amaste, ahora crees odiarla.
¿Qué ha pasado? Las mariposas se han vuelto dolor de estómago, las sonrisas se vuelven lágrimas y los mensajes de buenas noches se convierten en insomnio. No estás sola, pero no ves a nadie contigo, a la única persona que quieres ahí, se ha ido, ya no está y no va a volver, te aferras a él, y estás tan cegada que no te das cuenta que de nada va a servir...
Pasan los días, los meses, y ahora ya eres capaz de fingir una sonrisa, de hacer como si nada pasara, pero sabes que en cuánto estés sola, los recuerdos van a bombardearte y vas a terminar sin fuerzas, llorando en tu cama abrazando el peluche que aún tiene su olor, contemplando la primera foto juntos, sí esa que guardabas debajo de la almohada, rota en dos por un arranque de coraje y cinta uniéndola con un aire de nostalgia. Maldices haberlo conocido, maldices cada momento juntos, cada sentimiento, cada mirada, y cada mínima cosa que forma parte de su historia, los maldices pero sabes que en el fondo nunca vas a dejar de amar cada pequeño detalle. Es una guerra entre tu mente y tu corazón, un día lo odias, otro lo echas de menos, y al otro lo amas, parece ser un ciclo sin fin, ¿no?
¿Y qué ha sido de él? ¿Cómo estará? ¿Con quién estará? ¿Te habrá olvidado ya? ¿Será feliz? ¿Te recordará cada segundo como tu lo has hecho desde aquel día que se fue? Una y mil preguntas rondan por tu cabeza a cada momento, preguntas que no puedes responder, ni si quiera eres capaz de hablarle porque sabes que cualquier contacto mínimo te hará caer de nuevo.
Pasan varios meses, su recuerdo sigue ahí, contigo, tus amigos saben tu dolor, tu sabes tu dolor, y te niegas seguir adelante, 'yo lo voy a esperar, algún día va a volver', te lo repites una y otra vez, te lo has repetido tanto tiempo..
Sabes que nunca vas a amar a nadie como lo amaste a él, has logrado ser feliz pero cada fecha importante te recuerda a él, te preguntas como hubiera sido si siguieseis juntos, cuántos meses más habríais cumplido, o incluso si hubieseis llegado a celebrar algún aniversario más, cada detalle sigue en tu mente. No lo has olvidado, simplemente, has aprendido a vivir sin él...
Pero un día normal, mientras vas por la calle, ahí está, después de tanto tiempo sin verlo, los dos habéis cambiado, pero lo reconocerías kilómetros, eso andares son inconfundibles.
Una revolución comienza dentro de ti, él camina hacia adelante, cruzáis miradas y te das cuenta que ninguno de tus esfuerzos durante este tiempo, ninguno ha valido la pena, porque estás temblando como la primera vez que lo viste, toda su historia se resume en imágenes que pasan rápidamente por tu cabeza y es ahí cuando sabes que nunca vas a poder olvidarle.

martes, 8 de septiembre de 2015

Cuando se trata de olvidar...

El olvido me ha dicho que no es nuestro momento, qué me espere y que deje de buscarle, porque en lo que refiere a ti, nunca voy a encontrarle.
Parece que no quiere que te olvide, que hijo de puta, yo aquí deseando deshacerme de ti, aunque me duela, y él se burla de todo lo que vivimos, queriéndome hacer sufrir y hacerme recordar todas y cada una de las cosas que llegamos a vivir. Y no quiero, joder.
No quiero que cada cosa que hago pueda recordarme a ti, no quiero que de la nada aparezca el olor de tu perfume o que alguien se ría casi de la misma forma que tú lo hacías, y digo casi porque nadie sabe imitarte del todo, ni aunque lo intenten.
No quiero que ninguna canción me hable de ti, ni de mi, ni de nosotros ni de nada de todo lo que vivimos. No quiero que unas sábanas me hagan añorar la cantidad de veces que llegamos a perdernos en ellas, tantas que hasta perdí la cuenta. No quiero que mis amigos me pregunten que cómo lo llevo o si he vuelto a saber de ti o si te echo de menos...
No quiero ver ninguna de nuestras fotos, ni tampoco tu cepillo de dientes en el lavabo. No quiero ver tus calcetines dando vueltas por el suelo de mi habitación ni que pierdas tus llaves por algún rincón de mi casa solo para tener una excusa más para no volver a la tuya.
No quiero encender la radio y encontrar tu emisora favorita cómo tampoco quiero que me llames cada vez qué me quedo dormida y que sonría cuando sea tu nombre el que vea en la pantalla.
No quiero nada de eso y sí, puede que hace unos meses me muriese de ganas de eso y más pero ahora ya no, no quiero pasarme la vida llorando por haberte perdido ni dedicar cada a recordarte hasta que vuelvas, porqué sé sin duda alguna que una vez que alguien se va, ya le quedan pocos motivos para volver, aunque yo sé que te di motivos suficientes para quedarte incluso pensando que el quererte ya era suficiente.
Así que por eso llamo al olvido constantemente para que me ayude a olvidarte pero ya lo ves, parece que quiere reírse de mí, cómo si ya no me hubieses dolido antes. Así que mientras él se niega a venir a mí y se niega a que te olvide, yo finjo olvidarte, finjo que no me dueles y sobre todo finjo que se me ha olvidado lo que era quererte, a ver si llega el día en que el que paso de fingir y empiezo a vivir, sin ti.

jueves, 20 de agosto de 2015

Ya van 50 capítulos, gracias sois increíbles.


Muchísimas gracias a todos los que lleváis desde el primer día siguiendo la historia de Jake y Valeria, muchísimas gracias también a los que se engancharon a mitad, incluso a los que os habéis enganchado hace nada y habéis tenido el valor de leeros todos y cada uno de los capítulos, jamás me hubiese imaginado que una simple historia que empecé escribir para despejarme iba a llegar a gustar a tanta a gente. Desde aquí también doy las gracias a los que también lo visitan por las entradas que subo, y sobretodo las gracias por todo el apoyo que recibo constantemente desde ask o twitter, por los mensajes de que vuelva a escribir que lo echáis de menos.
Gracias por la paciencia y la espera de estos dos meses en los que he estado ausente, que sepáis que he vuelto y esta vez para quedarme.
Un besazo enorme, Ari.

Capítulo 50 'Recuérdalo que para mí primero tú, después el resto del mundo Valeria.'




Aquí os dejo el link del capítulo 49 para que hagáis memoria de lo que sucedió y así poder seguir el hilo de este, ya que hace demasiados meses que no escribía ( http://enelmundogenialdelascosasquedices16.blogspot.com.es/2015/05/capitulo-49-me-gusta-cuando-sonries.html )


Mi indignación y mis celos se notaban a kilómetros de distancia, tal vez el arrebato que me había dado, no me iba a ayudar mucho a ocultar que volvía a haber algo entre Jake y yo, pero es que no podía evitarlo.
Subí a mi habitación y me tumbé en la cama a pensar como de costumbre, nunca he llegado a entender porque es tan difícil estar enamorado de alguien. Aunque poco me duró el momento de pensar, ya que minutos después de haberme tumbado en la cama, alguien llamó a la puerta.

- ¿Puedo entrar? - preguntó Jake.

- No. - dije en tono muy serio.

- Me da igual, voy a entrar. - dicho y hecho.

- ¿Para qué te molestas en subir, no deberías estar hablando con la delantera?

- ¿En serio te piensas que le he dado importancia a esa chica?

- Te ha dado su número, no creo que te lo haya dado por el simple hecho de respirar Jake.

- No tengo la culpa de ser irresistible, no eres la única que se muere por mis huesos.

- Por eso mismo, como no soy la única, vete con todas las demás, y ahora si no te importa, vete no quiero verte Jake.

- Pero Valeria...

- No hay peros que valgan, no estamos hechos para estar juntos, no hagas esto más difícil.

Tras esas duras palabras, Jake abandonó la habitación y me dejó sola, tal y como le había pedido.
Hace meses, en un momento como este, estaría abrazada a Christian, mientras me daba helado de chocolate a la vez que me acariciaba la cabeza y me decía que todo iba a salir bien.
Creo que Christian, es la única persona que realmente se ha enamorado de mi, y a día de hoy a pesar de lo que pasó, lo echo de menos, más de lo que se puede imaginar.
Sé que no debería, pero me apetece enviarle un mensaje.

'Chris, soy Valeria, espero que te vaya todo muy bien, las cosas por aquí son muy distintas desde que te fuiste, dicen que el tiempo todo lo cura, y creo que ya ha curado lo que pasó aquel día, me gustaría verte, un besito'.

2 minutos después, el móvil me vibró, con el tono que tenía para cuando Chris me hablaba, no podía creérmelo.

' Valeria, a mi también me gustaría verte, hay ciertas cosas que me gustaría que supieras, estoy solo en mi casa hasta este finde, si te apetece voy a buscarte a la playa en media horita y vamos a dar una vuelta, más que nada porque si voy a recogerte a casa, no vuelvo con vida a la mía, ya sabes... ¿te apetece?'

No dudé ni un solo segundo en responderle y decirle que nos veíamos en media hora en la playa.
Estaba nerviosa, no sabía ni que ponerme, abrí mi armario y por un momento pensé que nada me iba a quedar bien para verlo. Al final decidí ponerme un vestido blanco estilo ibicenco, acompañado de unas cuñas, y un collar de pequeñas conchas. Un poco de colorete y rímel, y lista para dar un vuelta.
Para mi desgracia, todos seguían en la piscina, así que respiré hondo antes de salir al jardín, porque eso suponía exponerme a un interrogatorio.

- ¿Dónde vas? - preguntó Hugo.

- A dar una vuelta, que unas amigas de mi instituto han alquilado un apartamento cerca de la playa y como sabían que estaba aquí, me han dicho si me apetecía salir a dar una vuelta, supongo que volveré tarde no me esperéis despierta.

- Ten cuidado, y no rompas muchos corazones esta noche, que vas preciosa. - dijo Brenda.

- Lo intentaré. - dije riendo.

Antes de salir, pude ver como a Jake le cambió la cara totalmente cuando me vio así de guapa sabiendo que me iba por ahí. Podía notar los celos en los ojos, pero no terminaba de creérmelo.
Dejé a un lado a Jake, y me centré en que en unos minutos volvía a ver a Christian, después de tanto tiempo.
Llegué a la playa, y allí estaba él, con unas bermudas azul marino, un polo azul cielo, y las roshe run negras, sonreí porque pasa el tiempo y sigue pensando que esas zapatillas son para ir arreglado.
Se acercó a mí y me sonrió.

- Estás preciosa. - me dijo.

No sé por qué, pero Christian siempre sabe que tiene que decir en cada momento, y eso es algo que me encanta.

- Te diría lo mismo de no ser por tus zapatillas... -  reí.

- Oye.. - me pegó un puñetazo de broma en el hombro. - ¿dónde te apetece ir?

- La verdad es que tiene pinta de llover...

- ¿Es una indirecta para que vayamos a mi casa? - dijo entre carcajadas.

- No, eso quiere decir que va a llover y punto. - reí de nuevo.

- Tengo gofres, y un bote de nutella sin empezar...

- ¿Cuando dices que vamos a tu casa? - ambos reímos.

Christian no dudó dos veces en llevarme a su casa, la verdad es que la tarde solo acababa de empezar y ya me estaba encantando porque entre Christian y yo pueden pasar mil cosas, pero nos queremos tanto el uno al otro, que tras cada error, es como si el tiempo no hubiese pasado entre nosotros, como si nada pasase, cada error que cometemos hace lo nuestro más fuerte y eso es algo que solo me pasa con él.

- ¿Vas a querer que te ponga yo la nutella en el gofre o te traigo el bote de nutella?

- ¿En serio me estás haciendo esa pregunta a mí? - reí. - ¡Traeme el bote ya!

Chris rió y me trajo el bote de nutella, estaba sin empezar, y en cuestión de 20 minutos no quedaba ni la mitad.

- Yo creo que lo tuyo y lo de los gofres es una excusa para comer nutella..

- Parece mentira que no me conozcas Christian. - le manché de nutella  la nariz.

- Oye que yo no quiero más. - me manchó la frente.

- Pues tu mejilla no dice lo mismo. - le manché.

- Tu cuello me parece que tampoco. - me manchó de nuevo.

- Eh eh frena que estás emocionando...

- ¡Vamos Valeria, no seas aguafiestas!

- Conozco como acaba esto y no tengo intención de que así sea.

- Sabes que yo no soy de esos...

- No lo eras hasta el día en que te acostaste con aquella chica del parque acuático, pero da igual Chris, no quiero hablar de ese tema, ahora mismo ni si quiera sé que hago aquí.

- Ese es del tema del que quiero hablar contigo y por el que he quedado contigo Valeria.

- ¿Qué vas a decirme que ella lo hace mejor o no espera, que estás súper arrepentido? Venga por favor, que esta historia me la conozco ya de sobra.

- Estaría súper arrepentido si lo hubiese hecho, eso lo dudes.

- ¿Si lo hubieses hecho? - pregunté algo confusa.

- Exacto, no hice nada Valeria, le pedí a esa chica que fingiese haberse acostado conmigo.

- Ya claro, y ¿qué me dices de la ropa del suelo?

- La tiramos apropósito, ella estaba en bikini dentro de la cama, yo ni siquiera me metí en la cama.

- Christian, ¿por qué lo hiciste, por qué has dejado que todos te odien durante todo este tiempo? ¿Por qué no me contestaste entonces a mis putos mensajes? ¡Tú sabes lo mal que lo he pasado! - comencé a llorar.

- ¿Te crees que para mí ha sido fácil tener que fingir todo este tiempo que me dabas igual, que no estaba enamorado de ti y que quería estar lejos tuya? Pues claro que no, pero que querías que hiciese Valeria, si tu seguías enamorada de Jake y yo no podía hacer otra que aguantar como te morías de celos cada vez que Jake miraba a Andrea, siempre te he dicho que quiero tu felicidad, fuese conmigo o con cualquier otro chico, recuérdalo que para mí primero tú, después el resto del mundo Valeria. - dijo entre lágrimas.

- No sé si meterte dos hostias por gilipollas, o comerte a besos por tener tanta suerte de tenerte.

- Hombre pues si se puede elegir, prefiero la segunda.. - se secó las lágrimas.

- Sigues siendo el mismo idiota de siempre, - le abracé. - Ven anda.

Mi dedo índice comenzó a rozar la parte inferior de sus ojos, limpiando así las lágrimas que le quedaban. Christian estaba cabizbajo y una vez más me dolía verlo así, le miré y le sonreí, él me devolvió la sonrisa aunque algo forzada.
Comencé también a limpiarle toda las manchas de nutella que tenía por la cara, aún quedaba una, la de la comisura de los labios. No me preguntéis por qué, pero tenía unas ganas impresionantes de quitársela y no precisamente con el pañuelo. Christian seguía cabizbajo, así que apoyé mi mano en su barbilla y lentamente levanté su cabeza, rodeé sus brazos a mi cuerpo, me acerqué a él y le sonreí.
No pude resistirrme más y le besé.

- Valeria, ¿qué estás haciendo? - me preguntó.

- Tenías un poco de nutella y... - me besó.

No sé porque lo había besado, ni siquiera sé porque lo seguía besando, pero no quería dejar de hacerlo. Christian me cogió en brazos y me sentó en el banco de la cocina, rodeé su cuerpo con mis piernas, también rodeé su cuello con mis brazos, a la vez que le acariciaba con una mano la cabeza y otra el cuello. Él puso sus manos sobre mis nalgas, nunca había visto a Christian tan lanzado, pero me encantaba. Una de sus manos se deslizó suavemente hacia mi camiseta, la cuál poco a poco fue subiendo con delicadeza hasta desaparecer de mi cuerpo y terminar en el suelo. Así pues hice lo mismo con él, su camiseta ahora también estaba en el suelo.
Christian comenzó a besarme el cuello, como nunca nadie lo había besado, su mano derecha permanecía en mi trasero, su mano izquierda estaba acariciándome la tripa, al borde del botón de mi pantalón, mientras tanto mis manos comenzaron a deslizarse lentamente por su pecho. Me desabrochó los pantalones, y muy lentamente los retiró de mi cuerpo.
De nuevo su mano derecha seguía en mi culo, la única diferencia es que ahora, su mano izquierda estaba acariciando mi feminidad. Sus labios fueron bajando del cuello, a mi pecho despacio, seguido de mi ombligo, hasta llegar al borde del tanga.
Me miró con dudas, le sonreí, y cuando me quise dar cuenta sus labios estaban besando los míos y no precisamente los de la boca.
Su lengua recorría de arriba abajo mi feminidad, no pude evitar soltar un gemido de auténtico placer.
Christian a medida que me escuchaba gemir, aumentaba la velocidad de su lengua, creo que por un momento estaba en el paraíso, porque lo que estaba sintiendo en ese instante no era de este planeta.
Con mis piernas lo rodeé de nuevo y poco a poco le quité los pantalones con ellas y la ayuda de mis pies, acto seguido hice lo mismo con sus bóxers. Deslicé una de mis manos hasta su miembro viril y comencé a acariciarlo, Christian empezó a gemir, creo que no lo había visto tan excitado en la vida.
No sé por qué, aparté a Christian de ahí abajo, y lo acerqué a todo él a mí, incluyendo a su miembro, que estaba a escasos centímetros de mi feminidad, lo miré con cara de deseo y desesperación porque me hiciese el amor allí mismo.

- ¿Estás segura de esto? - me preguntó.

- Creo que no he estado tan segura de algo en mi vida.

Tras esas palabras Christian no dudó un solo segundo en introducirla en mí, sé que era raro hacerlo sobre la encimera de la cocina, pero tenía tantas ganas de tenerlo dentro de mí y me daba tanto morbo que me dio igual todo. Las embestidas de Christian al principio era suaves, poco a poco fue aumentando el ritmo, hasta el punto de hacerme tener el mayor orgasmo de mi vida.

Al acabar, me puse su camiseta a modo de pijama, y me puse a hacer la cena, mientras Christian me miraba sonriendo. Cenamos tranquilamente y el resto de la noche, lo pasamos en el sofá viendo una película, hasta que se hizo hora de que me llevase de vuelta.

- Me lo he pasado genial esta noche Chris, te echaba de menos.

- Lo mismo te digo Valeria, espero verte pronto. - me besó en la frente y se marchó.

Antes de entrar a casa me eché colonia, puesto que mi ropa olía a la de Chris, y todos conocen a la perfección su aroma. Para mi suerte las luces estaban apagadas, así que supuse que todos estaban durmiendo, bueno todos menos Jake, que se había quedado dormido en mi cama con un papel en la mano.

- Eh Jake, despierta. - dije mientras le daba golpecitos en el hombro la despertarlo.

Jake empezó a moverse por la cama.

- ¿Qué hora es? - dijo con voz de medio dormido.

- Son las 4 de la mañana, ¿se puede saber qué haces en mi habitación?

- Estaba esperándote, para decirte una cosa, y a parte porque me tenías preocupado.

- Pues ya has visto que he llegado bien, por favor, vete.

- Pero tengo que decirte una cosa..

- Me la dices mañana que vengo reventada, buenas noches. - lo eché de la habitación.

Me puse el pijama, y cogí el móvil para ponerlo a cargar, cuando vi que tenía un mensaje de Chris.

'Repito que me ha encantado estar contigo hoy, y no lo digo por lo que ha pasado, si no por tu presencia, por ti, por mí, por volverte a ver, por cierto tengo una sorpresa para ti, no me preguntes que es porque no te lo voy a decir, buenas noches pequeña'.

Morí de amor con el mensaje para que mentir, le contesté y me dormí.

Al día siguiente un ruido me despertó, al despertarme tenía un papel al lado de la almohada el cuál decía.

'Buenos días canija, cuando leas esto, levántate de la cama, abre tu armario y coge tu maleta, no te preocupes porque debes meterte, ya la tienes echa y cerrada con candado para que no puedas ver que ropa te he metido, en la silla tienes lo que debes ponerte hoy. Cuando estés vestida, ponte la venda que está al lado de este papel, en los ojos, solo tienes que gritar que ya estás lista, y apareceré para guiarte durante todo el camino, va a ser muy largo y no va a ser fácil, pero solo te digo que va a merecer la pena.
Pd: estás preciosa cuando duermes.'

Dicho y hecho, hice todo lo que la nota decía, no sé como Christian había logrado colarse en casa y preparar todo pero la verdad es que se lo había currado bastante.
Hice el grito de guerra para que viniese a buscarme, y alguien vino a por mi, pero sin hablar, me montó en un coche, hasta llegar al aeropuerto, donde cogimos un vuelo de 9 horas.

- Me gustaría saber donde vamos. - dije.

- Shhhhhh. - dijo.

Pude sentir como el avión aterrizaba, y como tras bajar del avión, cogimos un taxi, que nos dejó en el sitio al que me había llevado.
Subimos en ascensor, y escuché como abría una puerta, creo que no había estado tan nerviosa en mi vida. La puerta se cerró y la banda desapareció de mis ojos, contemplé el lugar y no podía creérmelo, me había llevado a la suite de la Torre Eiffel en la que estuve con Jake, el lugar de mi primera vez.
Me gire para darle un beso por la pedazo sorpresa que me había preparado, en cuestión de horas, porque me parece increíble que de ayer a hoy hubiese conseguido todo eso, pero al darme la vuelta no era Christian el que estaba ahí, si no Jake.


              ___________________________ Continuará... _________________________

sábado, 13 de junio de 2015

Lo peor del amor es la distancia, y no hablo de kilómetros.


Decían que lo peor del amor es cuando pasa, cuando al punto final de los finales no le quedan dos puntos suspensivos, pero no estoy de acuerdo.
Lo peor del amor no es cuando termina, es cuando empieza a romperse, cuando eres consciente de que dentro de poco va a terminar, que todo está cambiando y no entiendes el por qué.
Lo peor del amor es cuando te das cuenta de que nada es como antes, que la cuerda que ataba dos corazones está rota, o que es peor, pende de un hilo y se va a romper en cualquier momento, es querer y no poder, es dar sin recibir, es amar por los dos aún sabiendo que se ha roto.
Lo peor del amor es cuando un silencio ya no habla, cuando una miraba ya no dice las ganas que tienes de arrancarme la ropa, cuando el teléfono ya no suena con cualquier excusa y con un 'qué ganas tenía de hablar contigo'.
Lo peor del amor, es que mi cama aún huele a ti, lo peor del amor es acostumbrarse a él, acostumbrarse a una persona, a su mensaje de buenos días, al de buenas noches y muchas veces el de después de la buenas noches diciendo 'no puedo dormir ojalá estuvieses aquí', ahora no puedo evitar escribir esos mensajes, aún sabiendo que no van a llegar.
Lo peor del amor es aferrarse a él, cuando sabes que pronto va a caer por un precipicio, es cerrar los ojos para no ver la realidad, vivir en un pasado porque el presente te da miedo y el futuro no quieres imaginarlo sin esa persona.
Lo peor del amor son las relaciones tóxicas que sabes que te está matando poco a poco, pero no  puede decir adiós a alguien con el que quieres despertar todos los días, no puedes despedirte de alguien que ya se está marchando poco a poco, tan lentamente que tú ni te das cuenta, que cuando abres los ojos ya está demasiado lejos y tu mano no alcanza la suya.
El amor termina, eso es así. y lo peor es el recuerdo, el echar de menos y no hablo de echar de menos a una persona, es echar de menos momentos, lo que te hacía sentir con una simple mirada, lo pequeña que eras cuando te abrazaba, el primer beso, el último...
Pero llega un momento que aceptas que has perdido, que no pasa nada, que alguien volverá a encender tu vida tarde o temprano, por eso digo que lo peor del amor es cuando empieza a joderse, cuando no quieres aceptar que las cosas cambian, cuando quieres un por qué, cuando rompes las paredes a puñetazos, cuando hay más guerra que amor, cuando todo te duele, cuando ves que todo tu futuro se rompe poco a poco y no puedes hacer nada, cuando ya no queda nada, cuando los recuerdos duelen.
Lo peor del amor es la distancia, y no hablo de kilómetros.

jueves, 4 de junio de 2015

Carta de despedida (o al menos el intento).


Nunca se me ha dado bien hablar de sentimientos..así que he preferido escribirlos en una última carta de despedida. Si soy sincera no sé si todo esto llegaré a decírtelo o si llegarás a leerlo; supongo que solo serán unas cuantas hojas escritas en sucio, un par de papeles arrugados que acabarán igual de rotos que yo. Pero..necesito decírtelo, necesito abrirte mi corazón una última vez antes de notar que vuelve a estar igual de roto como cuando te conocí. Quiero mantener la esperanza en que quizás, esto, te abre los ojos y así vuelves pero supongo que esto no es como las películas que echan los sábados por la tarde en que parece que todo acaba bien. Quiero o quería, no sé, creer que nosotros seríamos la excepción y que todo esto saldría bien. Me equivoqué.

Llevo un rato despierta pensando en lo bonito que sería despertar justo ahora, a tu lado, y poder verte dormir, acariciarte despacito comprobando que estás ahí. Llevo días pensando en lo bonita que ha llegado a ser mi vida desde que te tengo o mejor dicho..tenía.

Sé que a partir de ahora las cosas no van a ser fáciles… sé que cuando escuche el sonido del viento pensaré en ti, sé que cuando escuche mi risa recordaré lo mucho que te gustaba oírla. Incluso me atrevería a decir que cada vez que me mire al espejo pensaré en lo mucho que me has ayudado a enseñar a quererme, pensaré en lo mucho que te gustaba mi boca y en las ganas de saber a qué sabían mis labios. Siento que el mundo se va a poner en mi contra y va a hacer que te recuerde y te eche de menos (de hecho, ya lo estoy haciendo).

Ahora estoy aquí sentada en medio de la terraza pensando en que nos importó una mierda lo que fuesen a decir de nosotros cuando empezamos, cuando nadie apostaba más de una semana por nosotros. Tenías y, tienes (para qué vamos a engañarnos) el poder de hacerme olvidar todo lo malo y sé que voy a echar de menos eso, voy a echar de menos a mi yo feliz porque contigo realmente lo era. Y ahora, en estos momentos sé que todo lo que escriba va a ser por y para ti y no sé si esto que te estoy diciendo es como un grito al vacío que espero que oigas o si es más bien un último adiós para recordarte lo mucho que llego a quererte. Solo sé que he tenido que escribir todo esto para no olvidarme nada, para poner mis pensamientos y sentimientos en orden y para decirte todo lo que pienso. Juro que estoy intentando por todos los medios dejar de llorar y sonreír pero es que esa sonrisa no me la creo ni yo, no es tan fácil cuando has perdido a algo tan bonito. 
Se me hace raro el no hablarte, el no verte casi todos los días o el no ver tu nombre en la pantalla llamándome. Sé que ahora, cada vez que suene el teléfono, el corazón empezará a bombear sin control deseando que seas tú y acabaré llevándome otra decepción, como siempre me pasa. Voy a echar de menos que me piques, que te metas conmigo y sobretodo, sé que voy a echar mucho de menos que me digas que me quieres, así de la nada y que aparezca esa sonrisa de tonta, voy a echar de menos que me digas que todos esos momentos conmigo son los mejores. Se me hará raro no oírte reír.  Supongo que en sí voy a echarte de menos a ti..a todo lo bueno que me has dado. Incluso me atrevería a decir que lo malo porque al menos te tenía. 

Quiero que sepas algo, tú aún estando donde estás has hecho que sienta más que cualquier persona que ha llegado a besarme. Y yo, como una estúpida creyendo saber lo que era el amor y no lo he sabido hasta que te conocí. Porque sí, he acabado loca y profundamente enamorada de ti. Puede que la esté cagando diciendo esto pero ambos prometimos sinceridad y aquí la tienes. 

Solo quiero pedirte algo, quiero que hagas todo lo que no has podido hacer conmigo. Que demuestres a todo el mundo el coco que tienes y que llegues a ser lo que siempre has querido ser aunque yo no esté ahí para verlo. Sé que lo harás y aquí, en medio de Valencia, habrá una chica orgullosa de ti, de hecho ya lo estoy. Quiero que seas feliz y que encuentres otra chica que te haga sentir que vales la pena como yo solía hacer, si la encuentras, dile que te cuide como yo no he sabido en algunas ocasiones, dile que te mime cuando estés malo y que te abrace en tus peores días, que eso es lo único que necesitas. Dile que tenga cuidado con las cosquillas, no es que las odies, sino que a veces no las soportas porque te pone nervioso verte indefenso. Creo que, las cosquillas también me recordarán a ti. Supongo que muchas cosas lo harán pero volviendo al tema, dile que te acaricie la nuca mientras te besa como a mi me hubiese gustado hacer y no he podido. Incluso dile que te muerda pero con cuidado no vaya a ser que te deje marca de por vida, pero no ese tipo de marca que tú has dejado en mi. Pero sobretodo dile que te haga feliz como yo no he sabido hacer, o al menos no fui capaz de hacerlo tanto como para que no te quisieras marchar de mi lado. Ah, se me olvidaba, enséñale a que te susurre bajito lo mucho que llega a quererte. Y de mi parte, si la encuentras quiero que le digas que tiene mucha suerte de haberte encontrado. Dile que una chica como yo se muere de la envidia por no ser ella.
Aún así quiero que sepas algo..creo que nunca en la vida habrá una chica que llegue a mirarte como yo lo haría, pueden intentarlo si quieren. 

No quiero que pienses que te escribo esto para que haya una respuesta, supongo que ésta es mi forma de decirte 'adiós’. Pienso que tienes el derecho de saber esto, fuiste capaz de romper esa coraza que construí hace años y que pocos saben romper. Y ahora solo me queda apretar los dientes y sonreír. Sé que ésta no es la primera noche en vela en vela que paso sin ti (y tampoco va a ser la última), llorándote, sin hablarnos y como una tonta no dejo de leer nuestra conversación intentando ver donde la hemos jodido..me duele haberme fallado, ¿sabes que me prometí que no dejaría que ninguno de los dos jodiésemos esto? Y ahora solo estamos perdiéndonos. Es jodido notar que pierdes a alguien que ha sido todo para ti. Y quiero que sepas algo..normalmente cuando alguien sale de mi vida, cierro totalmente la puerta por si deciden volver, paso página pero contigo he dejado la puerta encajada por si vuelves, sé que si te asomas por ella, dejaré que entres. Eres como ese página del libro de la que doblas la esquinita porque es tu favorita y pasarías días y días leyéndola. Has sido como esa página en blanco en la que he podido escribir  tantas cosas que a estas alturas ya se han esfumado. Es irónico que me despida de ti escribiéndote habiéndote conocido del mismo modo. 

Quiero que sepas, antes de irme, que has tenido el poder de volverme loca en segundos y me has hecho pensar que de verdad valía la pena esperarte, ya te he dicho que contigo era como si no hubiese tiempo, no habría sido duro esperar si después de todo eso hubiese tenido la oportunidad de abrazarte y besarte como tantas veces hemos soñado despiertos, ¿lo recuerdas? 

Llevo ya como unas cincuenta páginas escritas para ti y siguen siendo insuficientes para decirte todo lo que has dejado aquí. Sé, sin duda alguna, que para mi ha sido un placer joderme el corazón así, hay gente que lo hace de otras formas pero yo lo hago enamorándome. No sé si al acabar de escribirte todo esto mi corazón acabará un poco más roto de lo que ya está pero supongo que ya no me importa. Solo quiero que sepas que si cambias de opinión, aquí estaré pensando y creyendo que de verdad esto vale la pena. Llámame si crees que esto lo vale. No tengas miedo, no tú solo. Sería muy bonito tenerlo juntos. Si no me llamas quiero que sepas que aparte de que te quiero, quiero confesarte que , lo que era magia era lo nuestro..pensaba que no habría nunca otra mejor que yo para aguantar a un tonto enamorado como lo eres tú..o eras. Esto nuestro era lo más mágico y bonito que he llegado a tener y tendré en toda mi vida, porque como bien he dicho en muchas ocasiones eres el amor de mi vida y eso, no lo va a poder cambiar nadie.
Gracias por tanto, siempre te recordaré como la casualidad más bonita de mi vida y una vez más como tantas te he repetido estarás siempre en mi 'todos los días de mi vida', porque esto para lo bueno y para lo malo, hasta el peor de nuestros días en los que nos odiásemos, era para siempre ¿recuerdas?





miércoles, 3 de junio de 2015

Día treinta y dos sin ti.

Me acabo de dar cuenta que en el lado izquierdo del cabezal de la cama hay una estrella medio pegada, no brilla pero está ahí.
La estrella debió caerse del techo cuando mamá quitó el resto para pintar la habitación. Al verla no he podido evitar acordarme del porqué esa estrella está en mi habitación.
Fue una tarde de verano, en la cuál no sé por qué me tenías preparada una sorpresa, la cuál según tú no iba a olvidar nunca porque me iba a recordar siempre algo que estabas harto de repetirme. Llegaste a casa y me echaste de la habitación, yo no paraba de pasear por el pasillo repleta de nervios porque no sabía que estabas haciendo ahí adentro, sonó el timbre; era Lester, habíamos quedado con él y como de costumbre por tu culpa llegábamos tarde. Subió a casa e inmediatamente se metió en la habitación contigo, al abrir la puerta para que entrase observé que estabas encima de mi cama, cosa que me terminó de descolocar.
La puerta se cerró de nuevo y yo seguía pasillo arriba, pasillo abajo de los nervios, os oía ambos hablar, de repente escuché mi persiana bajándose, la puerta se abrió y al entrar en la habitación, sobre mi cama en el techo habían unas estrellas que brillaban en la oscuridad que todas juntas formanaban un 'Te amo'.
Me dijiste que lo habías puesto ahí para que nunca se me olvidase lo que sentías por mi, para que cada vez que me despertase a media noche en una de mis pesadillas lo mirase y me calmase, para que cada noche antes de irme a dormir recordase que me amabas y para que cada mañana lo primero que viese fuese eso.
Dudo que alguien vuelva a hacerme algo parecido, de hecho no quiero, porque ese techo siempre te pertenecerá a ti y a tu 'te amo', porque ese techo ha sido testigo de amor verdadero, de risas, de caricias, de mimos, de ánimo en los exámenes, de cuidados cuando he estado enferma, de tus besos de buenas noches, de abrazos, de peleas con los peluches, incluso de pedos o mejor dicho pedacos, que por muy 'cerdo' que suene, tú y yo podíamos pasarnos horas riéndonos de un pedo.
¿Sabes qué? Las cosas buenas, no deberían cambiar nunca.

martes, 2 de junio de 2015

Días veintiocho, veintinueve, treinta y treinta y uno sin ti.


Tal día como hoy hace un mes, sobre esta hora estaba en la puerta de tu casa apunto de oírte decir que te ibas de mi vida, que con el tiempo seríamos amigos.
Creo que ha sido el mes más largo de mi vida, no te imaginas lo largos que me han hecho los días, ahora ya no tanto, pero al principio, joder lo jodidos que eran los días. Parece que fue ayer cuando empezó todo, cuando nos conocimos por primera vez, ya sabes aquella mañana de mayo en el patio del colegio, la cuál por primera vez en meses no me habías mareado con el tema 'miguel angel'.
También parece que fue ayer la primera vez que nos fuimos de comida 'romántica' aquel 17 de noviembre, fue en el Burger King, pero como dos imbéciles nos pusimos guapos para disfrutar de nuestra primera cita oficial, ibas con tus pantalones azules que tanto odiabas pero que decidiste ponerte porque te dije que estabas guapísimo con ellos y tu chaqueta verde de adidas que aunque no te pegase con nada, tu te la ponías con todo porque te encantaba, esa cita acabó en tu cama echando la siesta y comiendo bollicaos mientras veíamos LQSA. Fue la mejor primera cita que he tenido nunca.
El sábado me fui de compras con Andrea, y te eché de menos, más de lo normal, porque todo eso que odiaba que hicieses cuando íbamos de compras, por un momento lo eché de menos. Sí eché de menos estar probándome algo y que una cabeza estuviese observando cada movimiento que hacía a la vez que se mordía la comisura de los labios, eché de menos que al comprarme las pulseras de los minions me dijeses que parezco una niña pequeña, lo peor de todo esto es que los minions me empezaron a gustar por ti cuando vimos la película, pero ¿sabes lo que eché de menos como lo que más?
Terminar de comprar e ir al Mc Donald's a por un Mc Flurry justo cinco minutos antes de que pasase el metro, eché de menos ponerme nerviosa porque íbamos a perder el metro si no nos hacían el Mc Flurry, pero sobretodo eché de menos que me besases mientras nos lo hacían para que me olvidase de que íbamos a perder el metro o al menos que nos iba a tocar correr como de costumbre.
Aunque el punto fuerte de la tarde fue cuando vi a la tropa del Burger King, y esta vez no estaban en el Burger, si no en la parada del metro, incluido el gordo que siempre decías que vivía en el Burger porque un día se quedó atascado en la mesa y esa era la explicación de que siempre que fuésemos estuviese allí, en la misma mesa de siempre.
También me he acordado de ti este fin de semana, porque quien tu y yo sabemos, ha subido una foto a instagram con una camisa distinta a la negra de siempre, ya sabes la 'camisa nueva' de graduaciones, de boda, de comunión y de todo lo que fuese relacionado con ir 'arreglado', le hice una captura a la foto como solía hacer siempre para pasártela, ahí sigue la captura en la galería, por si algún día hablamos pasártela y reírnos como solíamos hacer.
Tengo la carpeta de las capturas, llenas de cosas para ti, pero tal cuál están, ahí se van a quedar.
Te echo mucho de menos, demasiado.
Necesito que vuelvas, ahora ya me da igual de que manera, que me da igual tenerte solo como amigo, porque prefiero tenerte así, antes que tenerte como nada, que prefiero la guerra contigo al invierno sin ti.

viernes, 29 de mayo de 2015

Días veinticuatro, veinticinco, veintiséis y veintisiete sin ti.


Aquí estoy de nuevo escribiéndote, tras cuatro días desde la última vez que lo hice.
Mi cabeza sigue igual, echa un desorden, el cuál no sé como narices va a acabar, siguen pasando los días en los que pienso que vas a volver y como no en los que tengo claro que todo ha acabado.
Analizando las cosas un poco, he llegado a la conclusión que definitivamente no vas a volver, el por qué he llegado a esta conclusión es sencillo, desde que no estamos juntos te veo más feliz de lo que eras últimamente, suena raro decir que te veo más feliz, cuando verdaderamente llevo sin verte 3 semanas, pero veo fotos con tus amigos, has vuelto a unirte a los de toda la vida y has vuelto a salir como solías hacer antes de estar conmigo, es aquí cuando me doy cuenta que con lo bien que te va ahora, no vas a pensarte ni una sola vez eso de volver, por que, para qué, si ahora mismo conforme estás eres feliz. 
Y duele, pero no duele por el hecho de que no vayas a volver, porque al fin y al cabo todo en esta vida se acaba, duele por el miedo que tengo a ser olvidada, y no me refiero a ese olvido que estoy tratando de conseguir contigo, si no al olvido de ni siquiera saber que existo, a ese olvido de que el día de mañana cuando formes una familia, y tus hijos te pregunten de quién te enamoraste por primera vez, ni siquiera te acuerdes de mi nombre, tengo miedo a desaparecer para siempre de tu vida, que para ti no queden ni los recuerdos. He de decir que estoy bastante orgullosa de mi misma, hace una semana y un día que no miro tu última conexión, que ni siquiera me meto en tu conversación, me ha costado tres semanas ser consciente que mirarlo lo único que hacía era más daño, también he sido capaz esta semana de borrar la carpeta de nuestras fotos que tenía en el móvil, es cierto que quedan muchas fotos en otras carpetas, pero supongo que poco seré capaz de borrarlas, incluida mi favorita que hasta nada seguía estando en el cabezal de mi cama pegada...
La verdad es que te sigo teniendo presente aunque no quiera, el otro día mi tío me dijo 'he visto a tu novio y hemos estado hablando', no te imaginas lo que me costó decir que ya no eras mi novio, aunque por otro lado me alegré de saber que a pesar de todo sigues saludando a mi familia, en la comunión de mi prima también me preguntaron por ti, si supieras como me brillan los ojos y se me encharcan cada vez que me toca hablar de ti...
He dejado de plancharme el pelo, desde que me lo corté, para que no se me vuelva estropear, me he acostumbrado a llevarlo tal cuál lo tengo, ¿te acuerdas cuántas veces te decía que lo odiaba?
Yo sí, y también me acuerdo que ante ese reproche constante que te hacía, tu contestación siempre era que no entendías porqué me planchaba el pelo, si cuando más guapa estaba era con mi pelo al natural y sin peinar, por eso cada vez que me miro al espejo me acuerdo de todas esas veces que me apartabas el pelo de la cara y me decías lo preciosa que estaba.

jueves, 28 de mayo de 2015

Capítulo 49 - 'Me gusta cuando sonríes Valeria.'


Si dijese que me quedé en blanco sin saber que contestarle, mentiría, puesto que la respuesta era más que evidente. El verdadero problema que le encontré a esa pregunta, fue si debería contestarle realmente la verdad, o seguir disfrazándola.

- Entiendo que sea una pregunta un tanto atrevida, y que tal vez ni siquiera quieras responderla, estás en todo tu derecho a guardar silencio.. - dijo algo apenado.

- Jake voy a serte sincera.

- Adelante, estoy preparado para cualquier cosa..

- Desde que te pasó lo que te pasó, siempre he intentado alejarme todo lo posible de ti, para que este momento no llegase, pero creo que el destino por una cosa o por otra, ha querido que ocurra. Realmente mentiría si te dijese que alguna vez he llegado a olvidarte, o incluso que alguna vez he llegado a quererte menos de lo que te quise durante todo el tiempo que estuvimos, es cierto, que he estado con Christian, y que hasta hace escasas semanas, creía haberte empezado a olvidar, al igual que creí estar enamorándome de Chris, pero como he dicho, voy a serte sincera.
Creo que me equivoqué al salir con Christian, porque al fin y al cabo, él lo único que quería era verme feliz, y me conoce tanto, que en el fondo él sabía que yo seguía enamorada de ti.
No he dejado de pensar un solo día en ti, no solo desde que te pasó eso, si no desde aquel verano en el camping, nuestro verano. Y claro que me ha fastidiado verte con Andrea, y sobretodo ayudarte a prepararle la fiesta en la casa del bosque, pero como bien dicen, ¿por amor se cometen locuras no?
Así que respecto a tu pregunta, no, nunca te he olvidado, de hecho ahora mismo estoy deseando besarte.

- ¿Y por qué no lo haces? - me preguntó.

- No soy de las que van besando en la primera cita. - dije haciéndome la sobrada.

- Ah, ¿que esto es una cita?

- Pues hombre yo no me meto en la cama con cualquiera.. - reí.

- Osea que no sueles besar en la primera cita pero si te metes en la cama..interesante. - rió.

- No me gustan los que van de graciosos, si sigues con esta actitud tendré que negarte una segunda cita. - bromeé.

- Te advierto que hay una cola de chicas esperando a tener citas conmigo.. - bromeó también.

- Una lástima que ninguna sea yo eh. - reí de nuevo.

- No si al final me acabaré enamorando de ti otra vez y todo. - sonrió.

- No me importaría la verdad. - me quedé callada tras analizar mentalmente que había dicho eso en voz alta.

- ¿Debo tomarme ese comentario como un cumplido? - dijo a la vez que sonreía y sus perfectos hoyuelos aparecían sobre sus mejillas.

- Tal vez. - le devolví la sonrisa.

Jake no paraba de observarme.

- ¿Qué pasa? - pregunté.

- Me gusta cuando sonríes Valeria.

Comencé a ponerme a roja, a la par que nerviosa, ni siquiera le respondí.

- También me gusta que te pongas tan nerviosa que no seas capaz de decir una sola palabra, creo que tu timidez es una de las cosas que te hacen tan bonita. - dijo mientras me acariciaba la cara.

Yo seguía sin poder decir nada, no podía creer que Jake me estuviera diciendo eso.

- No sé porqué me estás diciendo todo esto, pero no dejes hacerlo. - dije.

- No voy a dejar de hacerlo nunca, he perdido demasiado tiempo buscándote y ahora que te he encontrado no voy a permitir que te vayas. - tras decir eso Jake terminó con la poca distancia que había entre nosotros.
No era un simple beso, era el beso, ese beso que llevaba esperando tantos meses, ese beso con sabor a nostalgia, ese beso con sabor a nosotros otra vez, juntos.

- ¿Puedes pellizcarme? - pregunté.

- ¿Por qué? - rió.

- Porque creo que estoy en el cielo.

- Estás más tonta. - comenzó a reír.

- Jake no sabes el tiempo que llevaba esperando esto, ni te lo imaginas. - le abracé.

- ¿Esto quiere decir que vuelves a ser mi chica? - puso cara de seductor.

- Acabas de romper toda la magia del momento, imbécil. - le pegué en el brazo.

- Un imbécil que al parecer te lleva loca desde hace años.

- O tal vez un imbécil que esta noche va a dormir en el jardín. - le guiñé el ojo.

- Mmmm...si no duermo en el jardín...¿dónde duermo? - se hizo el interesante.

- Creo que está bastante claro. - Jake empezó a sonreír - en tu habitación. - reí.

- Yo pensaba que.. - dijo cabizbajo.

- ¿Por qué debería dejarte dormir aquí?

- Porque tengo pupa en la cabeza. - me puso ojitos.

- Mira te quedas a dormir aquí, pero porque no quiero dormir sola.

- Reconoce que han sido estos ojitos los que te han convencido.

- Aún estás a tiempo de dormir en el jardín, ¿te lo recuerdo?

- ¿Te he dicho alguna vez lo guapa que eres?

- ¿Ves la puerta? Pues la abres, sales por ella y no vuelvas a entrar, pelota.

- No te recordaba tan cascarrabias. - rió.

Le di un empujón que hizo que se cayese de la cama.

- ¡Oye, tú que parte de que tengo la cabeza lesionada no entiendes! - gritó.

- Tú tienes la cabeza lesionada desde que naciste. - comencé a reír.

- Ahora te vas a reír y con ganas. - empezó a hacerme cosquillas, no podía dejar de reír.

- ¡Jake, para, para por favor! ¡Haré lo que sea pero para que me voy a mear encima! - decía sin poder parar de reír.

- ¿Lo que sea? - volvió a poner cara de seductor.

- ¡Cerdo! - grité.

- Te iba a decir que me dieses un masaje pero si quieres lo otro yo encantado.. - rió.

- Jake cariño me parece que la caída de la cama te ha afectado considerablemente, vamos a dormir ya va.

- ¡A sus órdenes mi general!

- Buenas noches Jake. - le dije.

- Buenas noches Valeria. - me dio un beso en la mejilla y apagó la luz.


Al poco rato de habernos dormido, llegaron a casa todos los demás.
Brenda cogió su pijama y se vino a mi habitación, puesto que habíamos acordado dormir juntas esa noche, evidentemente tal cuál entró a mi habitación salió de ella y volvió a la suya.

- ¿Qué se te ha olvidado? - dijo Hugo.

- Nada, que al final he decidido dormir aquí. - contestó Brenda para cubrirme.

- ¿Y Valeria como está de rodilla? - preguntó.

- Bien, tiene la pierna extendida por toda la cama, por eso me he venido a dormir aquí, porque necesita dormir cómoda.

- Voy a ir a verla y así le doy un beso de buenas noches que hace mucho que no le doy uno.

- Déjala que está durmiendo, además el beso de buenas noches me lo puedes dar a mi. - le besó,

Brenda consiguió retener a Hugo en su habitación para que no nos viese a Jake y a mi.



____________ Al día siguiente____________

Un rayo de sol penetrante en la ventana se apoderó de la habitación, el sonido de los pájaros y sobretodo el sonido de Chaz y Ryan tirándose a la piscina cada dos por tres, hicieron que me despertase, me di la vuelta para observar a Jake mientras dormía, pero no estaba, en su lugar había una nota que decía 'no recordaba que fuese tan bonito verte al otro lado de la cama por la mañana. pd: estás preciosa durmiendo'. acto seguido de leerla creo que podéis haceros la idea de la cara que puse y sobretodo la sonrisa que se me dibujó en la cara, apoyé la carta en mi pecho y suspiré, esta vez no era un suspiro de pena, era un suspiro de alegría. No estábamos juntos, de hecho anoche fui yo la que no contestó a lo de 'ser su chica', pero estaba claro que la vida me estaba empezando a sonreír de nuevo.
Me puse el bikini y bajé a la piscina a tomar el sol, por suerte Chaz y Ryan se habían marchado con Hugo y Jake a la playa a ver los partidos de volleyball femenino, así que tenía el jardín para mi sola.
Dejé la toalla en el suelo, me puse las gafas de sol, un poco de crema, y me tumbé en la hamaca.
Al momento Brenda apareció en la hamaca de al lado.

- ¿Qué tal ayer? - preguntó.

- Bastante bien, acabé haciendo yo de cuidadora, Jake se cayó por las escaleras, es más tonto. - reí.

- ¿Y qué hizo para caerse?

- Traerme palomitas, es que estuvimos viendo 'Bajo la misma estrella', si vieses como lloró.

- ¿Jake llorando?

- Sí tía, fue una tarde increíble.

- ¿Y por la noche que hicisteis? Porque cuando llegamos ya estaban todas las luces apagadas.

- Pues nada nos fuimos a dormir súper pronto.

- Valeria, ¿no piensas contármelo o qué? - preguntó algo molesta Brenda.

- ¿Contarte el qué?

- Te recuerdo que ayer íbamos a dormir juntas, pero cuando entré a tu habitación encontré un intruso en la cama.

- ¡Ah vale! No era lo que parecía.

- Yo no te he dicho que hayáis hecho nada, pero digo yo que alguna explicación de que duerma contigo hay ¿no?

- Si - dije mientras sonreía - a ver acabamos viendo fotos nuestras, y Jake me preguntó si alguna vez me había olvidado de él, y no sé por qué le dije que no, me abrí a él, le dije todo lo que llevaba callando todos estos meses, él me empezó a decir cosas bonitas y me besó Brenda, me besó.

- ¡No sabes como le alegro mi niña! - me abrazó. - pero, ¿estáis juntos?

- No, bueno, no lo sé, tampoco quiero precipitar las cosas, quiero ir poco a poco, y dios Brenda mira la nota que me ha dejado esta mañana en la cama. - se la enseño.

- ¡Muero de amor! Juro que sois adorables - sonreía Brenda. - Por cierto me debes una.

- ¿Por?

- Anoche Hugo quería ir a darte un beso de buenas noches y le tuve que echar un polvo para que no se moviese de nuestra habitación.

- ¿Desde cuando Hugo me da besos de buenas noches?

- Me quedé igual de sorprendida que tú.

- Aunque mirándolo por ese lado creo que la que me debe una eres tú.

- ¿Yo? ¡Pero si te libré de que Hugo os pillase!

- Y yo hice que echases un polvo, que hacía tiempo que no lo echabas.

- Y tú que sabes lista.

- Te cambia el humor. - reí.

- Capulla. - rió. - Bueno entonces estamos en paz.

- Eso parece.

- ¿Vas a contárselo a Hugo?

- Brenda, ni siquiera sé si estamos juntos.

- Habéis dormido en la misma cama...

- Hasta que no sea oficial eres la única que sabe de esto.

- Tu secreto está a salvo conmigo. - me abrazó.

Ambas nos tumbamos en las hamacas, nos pusimos un poco de música para relajarnos, se respira una paz y una tranquilidad en el jardín impresionante, aunque poco duró, ya que los chicos volvieron de la playa, y entraron sigilosamente en el jardín para tirarse a la piscina y mojarnos a nosotras. Los primeros en tirarse fueron Jake y Hugo, seguidamente Chaz y Ryan.

- ¡Se puede saber de qué vais! - gritó Brenda.

- Os notábamos muy acaloradas. - rieron todos.

- Tenéis la gracia donde mi altura. - dije.

- Os queremos chicas. - dijo Hugo.

- Aunque para acaloradas las del partido de volley. - dijo Ryan.

- ¿Habéis visto a la del bikini amarillo? Esa si que era una buena delantera en el doble sentido. - dice Chaz.

- Esa es la que le ha dado el número a Jake ¿no? - dice Hugo.

- Y esa, ¿para qué le da su número a Jake? - dije molesta.

- A ti que más te da Valeria. - contestó Hugo.

- No si a mi ya ves tú, me piro a dentro. - dije cabreada.

- ¿Por qué te vas? - preguntó Hugo.

- Porque los bombones al sol se derriten. - dijo Jake para intentar arreglar lo de la chica.

- Pues tú deberías meterte también para adentro.

- Fiu fiu, recoge la caña Jake. - dice Chaz.

- No, si lo digo porque la mierda al sol se seca. - me fui.