viernes, 29 de mayo de 2015

Días veinticuatro, veinticinco, veintiséis y veintisiete sin ti.


Aquí estoy de nuevo escribiéndote, tras cuatro días desde la última vez que lo hice.
Mi cabeza sigue igual, echa un desorden, el cuál no sé como narices va a acabar, siguen pasando los días en los que pienso que vas a volver y como no en los que tengo claro que todo ha acabado.
Analizando las cosas un poco, he llegado a la conclusión que definitivamente no vas a volver, el por qué he llegado a esta conclusión es sencillo, desde que no estamos juntos te veo más feliz de lo que eras últimamente, suena raro decir que te veo más feliz, cuando verdaderamente llevo sin verte 3 semanas, pero veo fotos con tus amigos, has vuelto a unirte a los de toda la vida y has vuelto a salir como solías hacer antes de estar conmigo, es aquí cuando me doy cuenta que con lo bien que te va ahora, no vas a pensarte ni una sola vez eso de volver, por que, para qué, si ahora mismo conforme estás eres feliz. 
Y duele, pero no duele por el hecho de que no vayas a volver, porque al fin y al cabo todo en esta vida se acaba, duele por el miedo que tengo a ser olvidada, y no me refiero a ese olvido que estoy tratando de conseguir contigo, si no al olvido de ni siquiera saber que existo, a ese olvido de que el día de mañana cuando formes una familia, y tus hijos te pregunten de quién te enamoraste por primera vez, ni siquiera te acuerdes de mi nombre, tengo miedo a desaparecer para siempre de tu vida, que para ti no queden ni los recuerdos. He de decir que estoy bastante orgullosa de mi misma, hace una semana y un día que no miro tu última conexión, que ni siquiera me meto en tu conversación, me ha costado tres semanas ser consciente que mirarlo lo único que hacía era más daño, también he sido capaz esta semana de borrar la carpeta de nuestras fotos que tenía en el móvil, es cierto que quedan muchas fotos en otras carpetas, pero supongo que poco seré capaz de borrarlas, incluida mi favorita que hasta nada seguía estando en el cabezal de mi cama pegada...
La verdad es que te sigo teniendo presente aunque no quiera, el otro día mi tío me dijo 'he visto a tu novio y hemos estado hablando', no te imaginas lo que me costó decir que ya no eras mi novio, aunque por otro lado me alegré de saber que a pesar de todo sigues saludando a mi familia, en la comunión de mi prima también me preguntaron por ti, si supieras como me brillan los ojos y se me encharcan cada vez que me toca hablar de ti...
He dejado de plancharme el pelo, desde que me lo corté, para que no se me vuelva estropear, me he acostumbrado a llevarlo tal cuál lo tengo, ¿te acuerdas cuántas veces te decía que lo odiaba?
Yo sí, y también me acuerdo que ante ese reproche constante que te hacía, tu contestación siempre era que no entendías porqué me planchaba el pelo, si cuando más guapa estaba era con mi pelo al natural y sin peinar, por eso cada vez que me miro al espejo me acuerdo de todas esas veces que me apartabas el pelo de la cara y me decías lo preciosa que estaba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario