Esta tarde he visto a una pareja paseando al perro, y cómo no, me ha recordado a ti, a mi, a nosotros, las primeras veces que quedábamos, a escondidas.
Pasear al perro se convirtió en la mejor excusa para verte, para bajar a la calle y verte a ti allí abajo esperando con una de tus mejores sonrisas.
Pasé de no pasear nunca los perros a pasearlos tres o cuatro veces al día, la verdad es que, que vinieras a recogerme a casa para 'sacarlos' juntos e ir al parque, a aquel banco, a nuestro banco, el más reventado de todo el parque, se convirtió en mi pasatiempos favorito y juro que para mi aquel banco era el más bonito cuando nos sentábamos en él.
Parece mentira, pero allí empezó todo, allí fue donde me di cuenta por primera vez que no debería haberme apartado cuando quisiste besarme, ahí me di cuenta de que por ti estaba dispuesta a equivocarme.
martes, 12 de mayo de 2015
Día diez sin ti.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario