martes, 12 de mayo de 2015

Día nueve sin ti.

Ha empezado ya el calor, pero no ese calor que de vez en cuando se agradece, si no el que me hace sudar como solo tú sabes, ese calor que tanto odio. Sabes que para mí sinónimo de calor, es aire acondicionado a todas horas, pero sobretodo por la noche.
Ahí es donde quería llegar, sí, ya empiezan mis noches de encender el aire, apagarlo a los dos minutos porque tengo frío, y volver a encenderlo a los diez segundos porque si no me muero de calor, y si antes odiaba esa situación de encender y apagar, imagínate ahora, que cada vez que lo hago me recuerda a aquella noche en la que dormimos en mi casa.
Aunque realmente esa noche, creo que dormir fue lo que menos hicimos, por tu culpa, si esa de encender el aire y taparte para no tener frío, taparme una y otra vez a mí solo para oírme renegar, porque a pesar de que te pensases que no me daba cuenta, sé que te encantaba hacerme rabiar. En resumido, que nos pasamos la noche aire encendido, aire apagado, manta hacia arriba, manta hacia abajo.
Incluso habiendo sido el peor compañero de cama del mundo, adoro recordar además con una gran sonrisa en la cara, aquella noche, en la que los nervios se apoderaron de ambos y no nos dejaron disfrutar del todo bien la noche, pero juro que volvería a repetirla una y otra vez, por que, ¿sabes qué?
No hay nada más bonito que despertarse a tu lado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario